Escapada de 24 horas por Milazzo
Disfrutamos de las bondades de la ciudad siciliana y de su oferta gastronómica durante undía.
Milazzo es una ciudad que por su ubicación geográfica (inserta en una península al frente de las islas eolias), es un tranquilo e ideal lugar para pasar algunos días de verano. De su historia y de su enorme fortaleza, el conocido como Castillo de Milazzo, puedes leer en nuestra nota anterior.
En esta oportunidad narraremos como pasar un día en esta apacible ciudad, enfocados no solo en algunos de sus lugares de interés turístico, sino también en la oferta gastronómica que la ciudad ofrece que, por supuesto, se centra en las delicias típicas de Sicilia.
En la mañana, comenzamos con un desayuno típico siciliano que incluye, además del clásico café italiano, un pan brioche, una cassata siciliana y un infaltable cannolo. Estos tres productos se pueden encontrar en toda la isla. En nuestro caso, optamos por una de las tantas típicas pasticcerie que puedes encontrar en el centro de Milazzo. Se trata del Bar Pasticceria Merrina (Massimiliano Regis n° 50). Tras este dulce desayuno, nos dirigimos al cabo de Milazzo, Capo Milazzo, para disfrutar de sus excelentes vistas al mar Tirreno. En este mirador natural se encuentra también vestigios de cultura material, una iglesia rupestre, es decir cavada en las rocas, en honor a San Antonio de Padua, quien en el siglo XIII ocupó la gruta como refugio.
Llega la hora de almuerzo y nos dirigimos nuevamente al centro de la ciudad. Elegimos Antichi Sapori (Umberto I n° 174), una trattoria que ofrece, entre otros, platos típicos de la zona. No olvidemos que Milazzo está en una isla, por lo que los productos del mar fueron los preferidos en esta visita; pasta con camarones y pistachos, choritos (mejillones) y un mix de fritos de productos del mar amenizaron nuestro mediodía. Después de descansar, nos fuimos a la costa poniente de la península, donde encontramos kilómetros de playa, bien cuidadas y con aguas muy limpias. Finalmente elegimos la playa más al norte, en la zona conocida como baia del tono. Un lugar paradisiaco para el descanso.
Llega el atardecer y nos disponemos a elegir un lugar para el tradicional “bajón” post playa. Cerca de la costa encontramos un local de hamburguesas con un peculiar nombre: la Puttega (Piazza San Papino n° 8). Realmente nos sorprendieron sus hamburguesas, a tal punto que considero una de las mejores que he comido en mi vida. Es un local simple, pero la calidad de los ingredientes y sobre todo de la carne, hacen que uno quiera volver a probarlas.
Ya caída la noche estival, las calles de Milazzo se llenan de gente paseando, pero mayoritariamente se encuentran en las múltiples terrazas de cada uno de los locales para beber y comer. Terminamos el día en la pizzería Matto (Massimiliano Regis n°24), un agradable lugar, buena atención y onda. Ahí probamos los famosos spritz (muy consumidos en Italia) en sus versiones con Aperol y con Campari, además de una pizza alla norma, toda una clásica de Sicilia, cuyo ingrediente principal es la berenjena.
Finalizamos una jornada en que el descanso se mezcló con la naturaleza y la cultura. Eso, y por supuesto muchas opciones para agasajar los paladares, es lo que ofrece esta bella ciudad de Milazzo. Si quieres conocer más sobre este tour gastronómico y los lugares que visitamos, te invitamos a ver el siguiente video.