"Sweet Bobby": la angustiosa estafa por internet que no involucra dinero
El documental sobre este impactante caso de catfishing ya está disponible en Netflix.
Kirat Assi tenía una vida completa en Londres. Un buen trabajo como publicista y locutora radial, una familia unida, un novio de años y, si bien a sus casi 30 años no estaba casada ni tenía hijos como a sus tradicionales padres les hubiera gustado, todo iba bien para ella, hasta que aceptó la solicitud de amistad de Bobby Jandu en Facebook, un médico de una importante familia Sij, hermano mayor del ex novio de su prima cercana Sinram, el que vivía entre Inglaterra y Kenia.
Por largos años, fueron amigos sin conocerse. Extensas conversaciones vía chat, de día y de noche, en las que incluso se involucraban otras personas de la vida de Bobby, a quienes él mismo le iba presentando. Durante ese tiempo, Bobby estuvo casado en dos ocasiones, y luego se divorció. Así mismo, finalmente, Kirat terminó con su novio, lo que dio paso a un romance a distancia entre ellos, en el que Bobby -de cierta manera- manipulaba la vida de ella, mientras siempre tenía una excusa para no verla. Aquí no había dinero de por medio, sólo sentimientos.
Por más de 9 años, Kirat confió en Bobby, hasta que sus frecuentes fallidos encuentros la hicieron dudar. Esto mientras su vida se caía a pedazos, por la angustiosa situación que atravesaba con este hombre que parecía ser tan perfecto y cercano, pero que nunca quería verla en persona.
Cuando logra por fin estar frente a él, este no la reconoce, la trata como una intrusa, revelando poco a poco lo que jamás pensó... Nunca había hablado con Bobby, ni con nadie de su círculo -además del ex novio de su prima- todo fue un plan perverso y sin sentido que por casi una década llevó a cabo Sinram.
"Sweet Bobby: La pesadilla de una identidad falsa" es un interesante documental de Netflix sobre el catfishing, que expone la fragilidad de las relaciones por internet y qué tan reales son. Además, la mayoría de las veces los perfiles falsos se usan para estafar monetaria o materialmente, pero, ¿Quién se hace cargo de los daños emocionales?