Las islas eolias son un archipiélago compuesto por 7 islas volcánicas. Ubicadas al norte de la costa noreste de la gigante isla de Sicilia, Italia, probablemente hacen más noticias por las erupciones de Stromboli (una de las ínsulas que tiene uno de los volcanes más activos de Europa). Pero fuera de la actividad sísmica, son reconocidas como un destino turístico de primer nivel, en especial en época estival. Volcanes, playas, gastronomía y mucha historia son parte de la carta de presentación de las Eolias, todo lo cual las llevaron a ser consideradas el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De las siete, la principal es Lipari; la más grande en extensión y en población. Con un poco más de 10.000 habitantes, Lipari es conocida también como la isla de los colores, ya que el intenso azul del mar y hermoso verde/café de sus cerros se combinan con edificios alegremente pintados que dan una sensación de estar dentro de esas películas italianas clásicas de antaño. Como buena isla, cuenta con hermosas playas, dentro de las cuales destaca la de Canneto, una de las más próximas al pueblo principal, igualmente llamado Lipari, que además es su principal puerto. De calles estrechas decoradas principalmente por flores y coloridas obras de artistas visuales, sus puntos más bellos son la llamada Marina Corta, un pequeño puerto para embarcaciones menores rodeado por elegantes restaurantes a la orilla del mar y por una arquitectura preciosa, conectada a la calle, a mi gusto, más hermosa de toda Lipari: la vía Garibaldi. Los paseos por lindas calles y el goce de una gastronomía siciliana muy marcada por los productos frescos del mar, no es el único valor de Lipari. También cuenta con un patrimonio histórico-cultural que da cuenta de la riqueza de una isla que fue habitada desde tiempos prehistóricos y colonizada por inmigrantes griegos entre los siglos VII y VI a. de C. Por la ya señalada vía Garibaldi se llega a una larga escalera que lleva a la parte alta del pueblo, la que atesora 3 importantes tesoros: la catedral de San Bartolomeo, iglesia barroca en honor al santo patrono de la isla; el museo arqueológico, considerado uno de los más importantes de todo el Mediterráneo; y su acrópolis, donde se exhiben tumbas antiguas, un teatro romano y que cuenta con las mejores vistas del pueblo. Para llegar a Lipari, el trayecto más corto y económico es partiendo desde el puerto de Milazzo, ubicado en la provincia de Messina, Sicilia (lugar que también recomiendo y del cual puedes leer nuestra experiencia en este sitio web). Zarpan diariamente unas rápidas embarcaciones llamadas hidroalas, de la compañía Liberty Lines. La duración del viaje es de alrededor de una hora. El pueblo se puede recorrer desde el puerto perfectamente a pie. Para recorrer el resto de la isla es necesario arrendar un vehículo, los cuales se arriendan a la salida del puerto. Si quieres conocer más sobre la isla de Lipari, te invitamos a ver el siguiente video.
“Volare…oh, oh, Cantare…oh, oh…Nel blu, dipinto di blu…Felice di stare lassù…” resuena en nuestros pensamientos al llegar a Polignano a Mare, uno de los balnearios más cotizados por turistas italianos y extranjeros que visitan este pequeño rincón del sur de Italia. ¿La razón?. Esta ciudad, hoy de casi 20.000 habitantes y solo a 30 minutos en tren desde la capital de la región de Apulia, Bari, fue la cuna del cantautor Domenico Modugno, quien hizo de “Volare” un himno reconocido mundialmente. La ciudad le rinde homenaje a quien es considerado en la mismísima Italia como el cantante más influyente de la música italiana del siglo XX: una plaza abierta al mar lleva su nombre (excelente mirador para apreciar los acantilados) coronada con una estatua de Modugno con los brazos abiertos y con un fondo dipinto di blu, en alusión al videoclip de la famosa canción. Por supuesto, es uno de los lugares más visitados, formándose incluso filas para obtener una fotografía. Por supuesto, este no es el único atractivo de Polignano a Mare. El principal, sin lugar a duda, son sus playas rodeadas de acantilados, desde donde existen varios miradores para disfrutar de vistas únicas. La particular geografía es complementada por bellas edificaciones de color blanco, que le dan el contraste característico con el azul del mar y del cielo. Su ciudad vieja, a la cual se ingresa por el Arco Marchese, construido en 1530, es solo el inicio de un paseo en la que encontrarás concurridas plazas; pequeñas iglesias barrocas; y frases de personajes ligados al arte, de la talla de Jim Morrison y del chileno Pablo Neruda. Pero en esta aventura, lo más rescatable es poder disfrutar de cada pintoresco rinconcito escondido en sus laberínticas calles de muros blancos y hermoseadas con coloridas flores. No por nada es considerado uno de los lugares más lindos de la región. Como buen lugar receptor de miles y miles de turistas, Polignano a Mare cuenta con una amplia oferta gastronómica. Desde un restaurante considerado como uno de los más caros de toda Europa, que se encuentra en una cueva con vistas al mar en uno de los acantilados, hasta las típicas cafeterías italianas. Desde el punto de vista gastronómico, el fuerte son los pescados y mariscos, siendo famosos los paninos (sándwiches) con productos del mar. Pero también es común encontrar en la ciudad todo lo típico que se ofrece en la región de Apulia: focaccia barese, café leccese, pasticcioto, tetta della monaca, panzerotto, etc. Si quieres conocer más sobre este precioso lugar, te invitamos a ver el siguiente video.
Nápoles es reconocida como la ciudad en que nació uno de los platos más populares del mundo, la pizza, y también por tener una amplísima oferta de restaurantes y las tradicionales trattorias. Pero dentro de las posibilidades que ofrece la capital de la región de Campania, existe una rama de la gastronomía que es la predilecta de viajeros que, por razones de presupuesto y/o de tiempo, prefieren comer algo rápido en la calle: la comida callejera. Y si eres uno de estos viajeros, Nápoles es el paraíso, puesto que su Street Food combina tres importantes características: innumerables opciones, precios bajos y productos de calidad tan buena como la de cualquier establecimiento de mantel largo. Pasamos, a continuación, a ver algunas de las comidas más tradicionales que puedes encontrar en los múltiples locales que prácticamente “decoraran” las principales (y las no tanto) calles napolitanas. No solo existe la pizza redonda típica (en Nápoles, la pizza es considerada un alimento popular, por lo que la puedes encontrar a bajo precio) que puedes comer en la calle, sino también una serie de tipos de pizza hechas para el consumo en cualquier lugar, sin necesidad de una mesa ni cubiertos. Comenzamos por la llamada pizza portafoglio, una pizza redonda de diámetro inferior a las que se sirven al plato, y que te pasan doblada en cuatro con un papel. Generalmente solo viene con tomate y queso fior di latte. Comimos una en la pizzería Tutino dal 1935 (Cesare Carmignano n°79); si bien no se encuentra en la zona más turística de la ciudad, ofrece una portafoglio recomendada por los propios napolitanos…y no se equivocan. También puedes optar por una pizza frita: con la forma de nuestra empanada, pero con masa de pizza. La típica contiene, además del tradicional tomate, queso fior di latte y cerdo, queso ricota. Esta se encuentra en todas las pizzerías, que al igual que la pizza portafoglio, es ofrecida en unos pequeños quioscos que generalmente se ubican en las entradas de los establecimientos. También puedes elegir por comer una pizza montanara, una pizzeta redonda con masa de pizza frita, que se complementa con tomate, queso y albahaca. Nosotros probamos la de la pizzería de Michele Tutino (Via Toledo n° 251) y no nos decepcionó. Al igual que en toda Italia, en Nápoles encuentras la famosa pizza al taglio, al corte, tan famosa en Roma. Pero en la ciudad donde Maradona es D10S, la vas a encontrar con el nombre de focaccia napoletana, distinguiéndose de la pizza napolitana auténtica redonda. Parecida a esta “focaccia” también puedes comer una pizza parigina, que, en términos generales, es una variación de este trozo de pizza cortado desde una plancha. La parigina básicamente es una focaccia, pero cubierto con una delgada masa de hojaldre, algo así como una pizza cubierta. Si te gustan las frituras, Nápoles ofrece una serie de productos especialmente en las llamadas Friggitorias, en las cuales puedes encontrar croquetas de papa, arancinos, conos con producto del mar fritos (llamado cuoppo) y fritos de pasta. Recomendamos una de las opciones de fritos más famosas, la frittatina, que contiene, además de los fideos, bechamel, jamón y arvejas. Para el último, dejamos para el final la comida callejera que más nos gustó en nuestra visita a Nápoles: el cuzzetiello. Es una especie de sándwich hecho en un pan llamado cafone, de corteza dura, alargada, al cual se le saca toda la miga para ser rellenado. Las opciones para rellenarlo son múltiples, pero una de las más tradicionales, y que recomiendo mucho, es el cuzzetiello con ragú napolitano con polpette (albóndigas) de vacuno. Creo que es, aparte de las pizzas que son sencillamente espectaculares, un imperdible si vas a Nápoles. Nosotros fuimos a un local que, si bien se encontraba a varias cuadras del terminal central de trenes de la ciudad, es recomendadísimo por los habitantes de la ciudad. Su nombre, O Cuzzetiello (Rimini n°51). Si quieres ver muchas de estas comidas especiales para comer en cualquier lado, te invitamos a ver este video. Para conocer más, revisa el más reciente episodio de En Palco Condimenta.
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
La isla de Brač se ubica a poca distancia de la siempre muy visitada Split. La forma más simple es tomando un ferry de la línea Jadronilija en el puerto de la citada ciudad. El viaje dura menos de una hora y arriba a la capital de la isla, Supetar. Vale mencionar que el pasaje es notablemente más barato que otros transportes marítimos en el resto de Europa, por lo que un paseo por Brač es perfectamente factible para viajeros de presupuesto ajustado. Ahora bien, llegar para quedarse unos días y aprovechar de disfrutar de sus hermosas y tranquilas playas también es una opción, especialmente para aquellos que buscan descansar. En nuestra experiencia, nos encontramos con un lugar en el cual se respiraba paz, extremadamente limpio, que dista demasiado del ambiente de locura que se vive en la vecina Split y los miles de turistas que pululan por sus calles. Iniciamos la visita llegando al muelle de Supetar, ubicada en el norte de la isla, es una ciudad que no sobrepasa los 4.000 habitantes, y que desde hace 200 años aproximadamente en el centro administrativo de la ciudad. Además de contar con un paseo marítimo muy lindo, que parte desde su marina llena de embarcaciones y continua hacia la zona de las playas, en Supetar destaca lo hermoso y pintoresco de sus edificios, además de la preciosa iglesia de la Anunciación, de estilo barroco construida en el siglo 18. Pero Brač es mucho más que Supetar, por lo que generalmente es el punto de partida para ir a las famosas playas de Bol u a otro de sus pueblos. Para ello, y a pocos minutos del muelle se ubica un sencillo terminal de autobuses que conecta con una buena frecuencia la capital con el resto de la isla. En este sitio también se encuentra la oficina para comprar los pasajes para retornar a Split. Todo muy cómodo. Por supuesto, si pretendes quedarte más de un día y recorrer la isla sin depender de horarios, es imperativo arrendar un automóvil. Pero nuestro destino final fue el pueblo de Sutivan, a solo unos 15 minutos en bus desde Supetar. Si bien existen otros pueblos bastante más turísticos, esta localidad de menos de 1.000 habitantes es conocida por ser en extrema tranquila, un verdadero paraíso para el descanso. Y lo que se dice de Sutivan es totalmente cierto: un lugar agradable, muy bien cuidado y limpio y que cuenta con una costanera no muy larga, pero con mucha oferta para comer y tomar. Al igual que en Supetar, las playas se encuentran a pocos minutos caminando desde la marina en la que las embarcaciones se mueven al vaivén de las ligeras olas. Se siente que es un lugar para recargar energías y donde el descanso es auténtico. Además se come muy bien, como lo puedes ver en el video siguiente video, que te recomiendo para que puedas apreciar la belleza de esta isla, y en especial, de este pueblo alejado de la ajetreada vida citadina.
Las islas eolias son un archipiélago compuesto por 7 islas volcánicas. Ubicadas al norte de la costa noreste de la gigante isla de Sicilia, Italia, probablemente hacen más noticias por las erupciones de Stromboli (una de las ínsulas que tiene uno de los volcanes más activos de Europa). Pero fuera de la actividad sísmica, son reconocidas como un destino turístico de primer nivel, en especial en época estival. Volcanes, playas, gastronomía y mucha historia son parte de la carta de presentación de las Eolias, todo lo cual las llevaron a ser consideradas el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De las siete, la principal es Lipari; la más grande en extensión y en población. Con un poco más de 10.000 habitantes, Lipari es conocida también como la isla de los colores, ya que el intenso azul del mar y hermoso verde/café de sus cerros se combinan con edificios alegremente pintados que dan una sensación de estar dentro de esas películas italianas clásicas de antaño. Como buena isla, cuenta con hermosas playas, dentro de las cuales destaca la de Canneto, una de las más próximas al pueblo principal, igualmente llamado Lipari, que además es su principal puerto. De calles estrechas decoradas principalmente por flores y coloridas obras de artistas visuales, sus puntos más bellos son la llamada Marina Corta, un pequeño puerto para embarcaciones menores rodeado por elegantes restaurantes a la orilla del mar y por una arquitectura preciosa, conectada a la calle, a mi gusto, más hermosa de toda Lipari: la vía Garibaldi. Los paseos por lindas calles y el goce de una gastronomía siciliana muy marcada por los productos frescos del mar, no es el único valor de Lipari. También cuenta con un patrimonio histórico-cultural que da cuenta de la riqueza de una isla que fue habitada desde tiempos prehistóricos y colonizada por inmigrantes griegos entre los siglos VII y VI a. de C. Por la ya señalada vía Garibaldi se llega a una larga escalera que lleva a la parte alta del pueblo, la que atesora 3 importantes tesoros: la catedral de San Bartolomeo, iglesia barroca en honor al santo patrono de la isla; el museo arqueológico, considerado uno de los más importantes de todo el Mediterráneo; y su acrópolis, donde se exhiben tumbas antiguas, un teatro romano y que cuenta con las mejores vistas del pueblo. Para llegar a Lipari, el trayecto más corto y económico es partiendo desde el puerto de Milazzo, ubicado en la provincia de Messina, Sicilia (lugar que también recomiendo y del cual puedes leer nuestra experiencia en este sitio web). Zarpan diariamente unas rápidas embarcaciones llamadas hidroalas, de la compañía Liberty Lines. La duración del viaje es de alrededor de una hora. El pueblo se puede recorrer desde el puerto perfectamente a pie. Para recorrer el resto de la isla es necesario arrendar un vehículo, los cuales se arriendan a la salida del puerto. Si quieres conocer más sobre la isla de Lipari, te invitamos a ver el siguiente video.
“Volare…oh, oh, Cantare…oh, oh…Nel blu, dipinto di blu…Felice di stare lassù…” resuena en nuestros pensamientos al llegar a Polignano a Mare, uno de los balnearios más cotizados por turistas italianos y extranjeros que visitan este pequeño rincón del sur de Italia. ¿La razón?. Esta ciudad, hoy de casi 20.000 habitantes y solo a 30 minutos en tren desde la capital de la región de Apulia, Bari, fue la cuna del cantautor Domenico Modugno, quien hizo de “Volare” un himno reconocido mundialmente. La ciudad le rinde homenaje a quien es considerado en la mismísima Italia como el cantante más influyente de la música italiana del siglo XX: una plaza abierta al mar lleva su nombre (excelente mirador para apreciar los acantilados) coronada con una estatua de Modugno con los brazos abiertos y con un fondo dipinto di blu, en alusión al videoclip de la famosa canción. Por supuesto, es uno de los lugares más visitados, formándose incluso filas para obtener una fotografía. Por supuesto, este no es el único atractivo de Polignano a Mare. El principal, sin lugar a duda, son sus playas rodeadas de acantilados, desde donde existen varios miradores para disfrutar de vistas únicas. La particular geografía es complementada por bellas edificaciones de color blanco, que le dan el contraste característico con el azul del mar y del cielo. Su ciudad vieja, a la cual se ingresa por el Arco Marchese, construido en 1530, es solo el inicio de un paseo en la que encontrarás concurridas plazas; pequeñas iglesias barrocas; y frases de personajes ligados al arte, de la talla de Jim Morrison y del chileno Pablo Neruda. Pero en esta aventura, lo más rescatable es poder disfrutar de cada pintoresco rinconcito escondido en sus laberínticas calles de muros blancos y hermoseadas con coloridas flores. No por nada es considerado uno de los lugares más lindos de la región. Como buen lugar receptor de miles y miles de turistas, Polignano a Mare cuenta con una amplia oferta gastronómica. Desde un restaurante considerado como uno de los más caros de toda Europa, que se encuentra en una cueva con vistas al mar en uno de los acantilados, hasta las típicas cafeterías italianas. Desde el punto de vista gastronómico, el fuerte son los pescados y mariscos, siendo famosos los paninos (sándwiches) con productos del mar. Pero también es común encontrar en la ciudad todo lo típico que se ofrece en la región de Apulia: focaccia barese, café leccese, pasticcioto, tetta della monaca, panzerotto, etc. Si quieres conocer más sobre este precioso lugar, te invitamos a ver el siguiente video.
Nápoles es reconocida como la ciudad en que nació uno de los platos más populares del mundo, la pizza, y también por tener una amplísima oferta de restaurantes y las tradicionales trattorias. Pero dentro de las posibilidades que ofrece la capital de la región de Campania, existe una rama de la gastronomía que es la predilecta de viajeros que, por razones de presupuesto y/o de tiempo, prefieren comer algo rápido en la calle: la comida callejera. Y si eres uno de estos viajeros, Nápoles es el paraíso, puesto que su Street Food combina tres importantes características: innumerables opciones, precios bajos y productos de calidad tan buena como la de cualquier establecimiento de mantel largo. Pasamos, a continuación, a ver algunas de las comidas más tradicionales que puedes encontrar en los múltiples locales que prácticamente “decoraran” las principales (y las no tanto) calles napolitanas. No solo existe la pizza redonda típica (en Nápoles, la pizza es considerada un alimento popular, por lo que la puedes encontrar a bajo precio) que puedes comer en la calle, sino también una serie de tipos de pizza hechas para el consumo en cualquier lugar, sin necesidad de una mesa ni cubiertos. Comenzamos por la llamada pizza portafoglio, una pizza redonda de diámetro inferior a las que se sirven al plato, y que te pasan doblada en cuatro con un papel. Generalmente solo viene con tomate y queso fior di latte. Comimos una en la pizzería Tutino dal 1935 (Cesare Carmignano n°79); si bien no se encuentra en la zona más turística de la ciudad, ofrece una portafoglio recomendada por los propios napolitanos…y no se equivocan. También puedes optar por una pizza frita: con la forma de nuestra empanada, pero con masa de pizza. La típica contiene, además del tradicional tomate, queso fior di latte y cerdo, queso ricota. Esta se encuentra en todas las pizzerías, que al igual que la pizza portafoglio, es ofrecida en unos pequeños quioscos que generalmente se ubican en las entradas de los establecimientos. También puedes elegir por comer una pizza montanara, una pizzeta redonda con masa de pizza frita, que se complementa con tomate, queso y albahaca. Nosotros probamos la de la pizzería de Michele Tutino (Via Toledo n° 251) y no nos decepcionó. Al igual que en toda Italia, en Nápoles encuentras la famosa pizza al taglio, al corte, tan famosa en Roma. Pero en la ciudad donde Maradona es D10S, la vas a encontrar con el nombre de focaccia napoletana, distinguiéndose de la pizza napolitana auténtica redonda. Parecida a esta “focaccia” también puedes comer una pizza parigina, que, en términos generales, es una variación de este trozo de pizza cortado desde una plancha. La parigina básicamente es una focaccia, pero cubierto con una delgada masa de hojaldre, algo así como una pizza cubierta. Si te gustan las frituras, Nápoles ofrece una serie de productos especialmente en las llamadas Friggitorias, en las cuales puedes encontrar croquetas de papa, arancinos, conos con producto del mar fritos (llamado cuoppo) y fritos de pasta. Recomendamos una de las opciones de fritos más famosas, la frittatina, que contiene, además de los fideos, bechamel, jamón y arvejas. Para el último, dejamos para el final la comida callejera que más nos gustó en nuestra visita a Nápoles: el cuzzetiello. Es una especie de sándwich hecho en un pan llamado cafone, de corteza dura, alargada, al cual se le saca toda la miga para ser rellenado. Las opciones para rellenarlo son múltiples, pero una de las más tradicionales, y que recomiendo mucho, es el cuzzetiello con ragú napolitano con polpette (albóndigas) de vacuno. Creo que es, aparte de las pizzas que son sencillamente espectaculares, un imperdible si vas a Nápoles. Nosotros fuimos a un local que, si bien se encontraba a varias cuadras del terminal central de trenes de la ciudad, es recomendadísimo por los habitantes de la ciudad. Su nombre, O Cuzzetiello (Rimini n°51). Si quieres ver muchas de estas comidas especiales para comer en cualquier lado, te invitamos a ver este video. Para conocer más, revisa el más reciente episodio de En Palco Condimenta.
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
La isla de Brač se ubica a poca distancia de la siempre muy visitada Split. La forma más simple es tomando un ferry de la línea Jadronilija en el puerto de la citada ciudad. El viaje dura menos de una hora y arriba a la capital de la isla, Supetar. Vale mencionar que el pasaje es notablemente más barato que otros transportes marítimos en el resto de Europa, por lo que un paseo por Brač es perfectamente factible para viajeros de presupuesto ajustado. Ahora bien, llegar para quedarse unos días y aprovechar de disfrutar de sus hermosas y tranquilas playas también es una opción, especialmente para aquellos que buscan descansar. En nuestra experiencia, nos encontramos con un lugar en el cual se respiraba paz, extremadamente limpio, que dista demasiado del ambiente de locura que se vive en la vecina Split y los miles de turistas que pululan por sus calles. Iniciamos la visita llegando al muelle de Supetar, ubicada en el norte de la isla, es una ciudad que no sobrepasa los 4.000 habitantes, y que desde hace 200 años aproximadamente en el centro administrativo de la ciudad. Además de contar con un paseo marítimo muy lindo, que parte desde su marina llena de embarcaciones y continua hacia la zona de las playas, en Supetar destaca lo hermoso y pintoresco de sus edificios, además de la preciosa iglesia de la Anunciación, de estilo barroco construida en el siglo 18. Pero Brač es mucho más que Supetar, por lo que generalmente es el punto de partida para ir a las famosas playas de Bol u a otro de sus pueblos. Para ello, y a pocos minutos del muelle se ubica un sencillo terminal de autobuses que conecta con una buena frecuencia la capital con el resto de la isla. En este sitio también se encuentra la oficina para comprar los pasajes para retornar a Split. Todo muy cómodo. Por supuesto, si pretendes quedarte más de un día y recorrer la isla sin depender de horarios, es imperativo arrendar un automóvil. Pero nuestro destino final fue el pueblo de Sutivan, a solo unos 15 minutos en bus desde Supetar. Si bien existen otros pueblos bastante más turísticos, esta localidad de menos de 1.000 habitantes es conocida por ser en extrema tranquila, un verdadero paraíso para el descanso. Y lo que se dice de Sutivan es totalmente cierto: un lugar agradable, muy bien cuidado y limpio y que cuenta con una costanera no muy larga, pero con mucha oferta para comer y tomar. Al igual que en Supetar, las playas se encuentran a pocos minutos caminando desde la marina en la que las embarcaciones se mueven al vaivén de las ligeras olas. Se siente que es un lugar para recargar energías y donde el descanso es auténtico. Además se come muy bien, como lo puedes ver en el video siguiente video, que te recomiendo para que puedas apreciar la belleza de esta isla, y en especial, de este pueblo alejado de la ajetreada vida citadina.