Las islas eolias son un archipiélago compuesto por 7 islas volcánicas. Ubicadas al norte de la costa noreste de la gigante isla de Sicilia, Italia, probablemente hacen más noticias por las erupciones de Stromboli (una de las ínsulas que tiene uno de los volcanes más activos de Europa). Pero fuera de la actividad sísmica, son reconocidas como un destino turístico de primer nivel, en especial en época estival. Volcanes, playas, gastronomía y mucha historia son parte de la carta de presentación de las Eolias, todo lo cual las llevaron a ser consideradas el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De las siete, la principal es Lipari; la más grande en extensión y en población. Con un poco más de 10.000 habitantes, Lipari es conocida también como la isla de los colores, ya que el intenso azul del mar y hermoso verde/café de sus cerros se combinan con edificios alegremente pintados que dan una sensación de estar dentro de esas películas italianas clásicas de antaño. Como buena isla, cuenta con hermosas playas, dentro de las cuales destaca la de Canneto, una de las más próximas al pueblo principal, igualmente llamado Lipari, que además es su principal puerto. De calles estrechas decoradas principalmente por flores y coloridas obras de artistas visuales, sus puntos más bellos son la llamada Marina Corta, un pequeño puerto para embarcaciones menores rodeado por elegantes restaurantes a la orilla del mar y por una arquitectura preciosa, conectada a la calle, a mi gusto, más hermosa de toda Lipari: la vía Garibaldi. Los paseos por lindas calles y el goce de una gastronomía siciliana muy marcada por los productos frescos del mar, no es el único valor de Lipari. También cuenta con un patrimonio histórico-cultural que da cuenta de la riqueza de una isla que fue habitada desde tiempos prehistóricos y colonizada por inmigrantes griegos entre los siglos VII y VI a. de C. Por la ya señalada vía Garibaldi se llega a una larga escalera que lleva a la parte alta del pueblo, la que atesora 3 importantes tesoros: la catedral de San Bartolomeo, iglesia barroca en honor al santo patrono de la isla; el museo arqueológico, considerado uno de los más importantes de todo el Mediterráneo; y su acrópolis, donde se exhiben tumbas antiguas, un teatro romano y que cuenta con las mejores vistas del pueblo. Para llegar a Lipari, el trayecto más corto y económico es partiendo desde el puerto de Milazzo, ubicado en la provincia de Messina, Sicilia (lugar que también recomiendo y del cual puedes leer nuestra experiencia en este sitio web). Zarpan diariamente unas rápidas embarcaciones llamadas hidroalas, de la compañía Liberty Lines. La duración del viaje es de alrededor de una hora. El pueblo se puede recorrer desde el puerto perfectamente a pie. Para recorrer el resto de la isla es necesario arrendar un vehículo, los cuales se arriendan a la salida del puerto. Si quieres conocer más sobre la isla de Lipari, te invitamos a ver el siguiente video.
“Volare…oh, oh, Cantare…oh, oh…Nel blu, dipinto di blu…Felice di stare lassù…” resuena en nuestros pensamientos al llegar a Polignano a Mare, uno de los balnearios más cotizados por turistas italianos y extranjeros que visitan este pequeño rincón del sur de Italia. ¿La razón?. Esta ciudad, hoy de casi 20.000 habitantes y solo a 30 minutos en tren desde la capital de la región de Apulia, Bari, fue la cuna del cantautor Domenico Modugno, quien hizo de “Volare” un himno reconocido mundialmente. La ciudad le rinde homenaje a quien es considerado en la mismísima Italia como el cantante más influyente de la música italiana del siglo XX: una plaza abierta al mar lleva su nombre (excelente mirador para apreciar los acantilados) coronada con una estatua de Modugno con los brazos abiertos y con un fondo dipinto di blu, en alusión al videoclip de la famosa canción. Por supuesto, es uno de los lugares más visitados, formándose incluso filas para obtener una fotografía. Por supuesto, este no es el único atractivo de Polignano a Mare. El principal, sin lugar a duda, son sus playas rodeadas de acantilados, desde donde existen varios miradores para disfrutar de vistas únicas. La particular geografía es complementada por bellas edificaciones de color blanco, que le dan el contraste característico con el azul del mar y del cielo. Su ciudad vieja, a la cual se ingresa por el Arco Marchese, construido en 1530, es solo el inicio de un paseo en la que encontrarás concurridas plazas; pequeñas iglesias barrocas; y frases de personajes ligados al arte, de la talla de Jim Morrison y del chileno Pablo Neruda. Pero en esta aventura, lo más rescatable es poder disfrutar de cada pintoresco rinconcito escondido en sus laberínticas calles de muros blancos y hermoseadas con coloridas flores. No por nada es considerado uno de los lugares más lindos de la región. Como buen lugar receptor de miles y miles de turistas, Polignano a Mare cuenta con una amplia oferta gastronómica. Desde un restaurante considerado como uno de los más caros de toda Europa, que se encuentra en una cueva con vistas al mar en uno de los acantilados, hasta las típicas cafeterías italianas. Desde el punto de vista gastronómico, el fuerte son los pescados y mariscos, siendo famosos los paninos (sándwiches) con productos del mar. Pero también es común encontrar en la ciudad todo lo típico que se ofrece en la región de Apulia: focaccia barese, café leccese, pasticcioto, tetta della monaca, panzerotto, etc. Si quieres conocer más sobre este precioso lugar, te invitamos a ver el siguiente video.
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
Milazzo es una ciudad que por su ubicación geográfica (inserta en una península al frente de las islas eolias), es un tranquilo e ideal lugar para pasar algunos días de verano. De su historia y de su enorme fortaleza, el conocido como Castillo de Milazzo, puedes leer en nuestra nota anterior. En esta oportunidad narraremos como pasar un día en esta apacible ciudad, enfocados no solo en algunos de sus lugares de interés turístico, sino también en la oferta gastronómica que la ciudad ofrece que, por supuesto, se centra en las delicias típicas de Sicilia. En la mañana, comenzamos con un desayuno típico siciliano que incluye, además del clásico café italiano, un pan brioche, una cassata siciliana y un infaltable cannolo. Estos tres productos se pueden encontrar en toda la isla. En nuestro caso, optamos por una de las tantas típicas pasticcerie que puedes encontrar en el centro de Milazzo. Se trata del Bar Pasticceria Merrina (Massimiliano Regis n° 50). Tras este dulce desayuno, nos dirigimos al cabo de Milazzo, Capo Milazzo, para disfrutar de sus excelentes vistas al mar Tirreno. En este mirador natural se encuentra también vestigios de cultura material, una iglesia rupestre, es decir cavada en las rocas, en honor a San Antonio de Padua, quien en el siglo XIII ocupó la gruta como refugio. Llega la hora de almuerzo y nos dirigimos nuevamente al centro de la ciudad. Elegimos Antichi Sapori (Umberto I n° 174), una trattoria que ofrece, entre otros, platos típicos de la zona. No olvidemos que Milazzo está en una isla, por lo que los productos del mar fueron los preferidos en esta visita; pasta con camarones y pistachos, choritos (mejillones) y un mix de fritos de productos del mar amenizaron nuestro mediodía. Después de descansar, nos fuimos a la costa poniente de la península, donde encontramos kilómetros de playa, bien cuidadas y con aguas muy limpias. Finalmente elegimos la playa más al norte, en la zona conocida como baia del tono. Un lugar paradisiaco para el descanso. Llega el atardecer y nos disponemos a elegir un lugar para el tradicional “bajón” post playa. Cerca de la costa encontramos un local de hamburguesas con un peculiar nombre: la Puttega (Piazza San Papino n° 8). Realmente nos sorprendieron sus hamburguesas, a tal punto que considero una de las mejores que he comido en mi vida. Es un local simple, pero la calidad de los ingredientes y sobre todo de la carne, hacen que uno quiera volver a probarlas. Ya caída la noche estival, las calles de Milazzo se llenan de gente paseando, pero mayoritariamente se encuentran en las múltiples terrazas de cada uno de los locales para beber y comer. Terminamos el día en la pizzería Matto (Massimiliano Regis n°24), un agradable lugar, buena atención y onda. Ahí probamos los famosos spritz (muy consumidos en Italia) en sus versiones con Aperol y con Campari, además de una pizza alla norma, toda una clásica de Sicilia, cuyo ingrediente principal es la berenjena. Finalizamos una jornada en que el descanso se mezcló con la naturaleza y la cultura. Eso, y por supuesto muchas opciones para agasajar los paladares, es lo que ofrece esta bella ciudad de Milazzo. Si quieres conocer más sobre este tour gastronómico y los lugares que visitamos, te invitamos a ver el siguiente video.
El puerto de Bari, como toda ciudad importante del sur de Italia, cuenta con una historia riquísima basada en siglos de dominación de diversas culturas del Mediterráneo. Un poco a la sombra de la popular Nápoles durante los últimos siglos, Bari ha sabido mantener una identidad propia que se enriquece con su ubicación geográfica: dominando el sur del Mar Adriático. Pero la actual capital de la región de la Apulia, o Puglia en italiano, hoy por hoy se ha forjado un nombre como destino turístico atractivo no solo para los italianos, sino para visitantes de todo el mundo. Es que Bari tiene mucho que ofrecer: un casco histórico vibrante con calles estrechas que dan vida a un plano laberíntico; edificios hermosos representantes de diversos estilos arquitectónicos; una hermosa costanera; y, por supuesto (si estamos hablando del sur italiano), una exquisita oferta gastronómica. Su barrio más antiguo, Bari Vecchia, es la mayor atracción de la ciudad: sus calles, viviendas, iglesias y lugares para comer bien son, en mi opinión, el mejor patrimonio de esta zona que transporta al pasado, pero que al mismo tiempo nos muestra como es la vida de barrio en la actualidad. Dentro de sus edificios, resaltan dos grandes iglesias representantes del estilo románico barese: su catedral, la de San Sabino, y la Basílica de San Nicolás de Bari. Esta última, contiene en su interior las reliquias del santo venerado por católicos y ortodoxos, que inspiró al popular personaje de Santa Claus o Viejito Pascuero. Por otra parte, Bari cuenta con varias playas y el paseo marítimo más largo de Italia (al menos de 3 kms. de largo), además de varios edificios del siglo XIX y XX, como el teatro Margherita y el teatro Petruzzelli. Hemos dejado para el final su rica gastronomía. Su situación costera ha inspirado la oferta culinaria de la ciudad. Recomendamos un delicioso sándwich de pulpo en Lo Sfizio del Borgo Antico (Valissa n°53); probar el panzerotto, una especie de calzone típico; las sgagliozze, un snack típico de polenta frita; y la joya de Bari, su focaccia. La foccacia barese contiene tomates, aceitunas y suficiente aceite de oliva (la región de Apulia es su mayor productora en Italia), es hecha en horno a leña y su masa es sencillamente espectacular. Recomendamos el panificio Fiore (Palazzo di Citta n° 38). Visitar Bari es una excelente opción para aquel viajero que quiere conocer otra Italia, alejada de hordas de turísticas, pero con similares bondades que otros lugares de la península. Además, en comparación a otro sitios, no es un destino caro, sin contar que es una excelente base para conocer otro pueblos y ciudades de la Apulia que son sencillamente hermosos, como Polignano a Mare, Monopoli, Lecce, Alberobello, Ostuni o Altamura. Para conocer más de esta ciudad, no te pierdas el siguiente episodio de En Palco Condimenta.
Las islas eolias son un archipiélago compuesto por 7 islas volcánicas. Ubicadas al norte de la costa noreste de la gigante isla de Sicilia, Italia, probablemente hacen más noticias por las erupciones de Stromboli (una de las ínsulas que tiene uno de los volcanes más activos de Europa). Pero fuera de la actividad sísmica, son reconocidas como un destino turístico de primer nivel, en especial en época estival. Volcanes, playas, gastronomía y mucha historia son parte de la carta de presentación de las Eolias, todo lo cual las llevaron a ser consideradas el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De las siete, la principal es Lipari; la más grande en extensión y en población. Con un poco más de 10.000 habitantes, Lipari es conocida también como la isla de los colores, ya que el intenso azul del mar y hermoso verde/café de sus cerros se combinan con edificios alegremente pintados que dan una sensación de estar dentro de esas películas italianas clásicas de antaño. Como buena isla, cuenta con hermosas playas, dentro de las cuales destaca la de Canneto, una de las más próximas al pueblo principal, igualmente llamado Lipari, que además es su principal puerto. De calles estrechas decoradas principalmente por flores y coloridas obras de artistas visuales, sus puntos más bellos son la llamada Marina Corta, un pequeño puerto para embarcaciones menores rodeado por elegantes restaurantes a la orilla del mar y por una arquitectura preciosa, conectada a la calle, a mi gusto, más hermosa de toda Lipari: la vía Garibaldi. Los paseos por lindas calles y el goce de una gastronomía siciliana muy marcada por los productos frescos del mar, no es el único valor de Lipari. También cuenta con un patrimonio histórico-cultural que da cuenta de la riqueza de una isla que fue habitada desde tiempos prehistóricos y colonizada por inmigrantes griegos entre los siglos VII y VI a. de C. Por la ya señalada vía Garibaldi se llega a una larga escalera que lleva a la parte alta del pueblo, la que atesora 3 importantes tesoros: la catedral de San Bartolomeo, iglesia barroca en honor al santo patrono de la isla; el museo arqueológico, considerado uno de los más importantes de todo el Mediterráneo; y su acrópolis, donde se exhiben tumbas antiguas, un teatro romano y que cuenta con las mejores vistas del pueblo. Para llegar a Lipari, el trayecto más corto y económico es partiendo desde el puerto de Milazzo, ubicado en la provincia de Messina, Sicilia (lugar que también recomiendo y del cual puedes leer nuestra experiencia en este sitio web). Zarpan diariamente unas rápidas embarcaciones llamadas hidroalas, de la compañía Liberty Lines. La duración del viaje es de alrededor de una hora. El pueblo se puede recorrer desde el puerto perfectamente a pie. Para recorrer el resto de la isla es necesario arrendar un vehículo, los cuales se arriendan a la salida del puerto. Si quieres conocer más sobre la isla de Lipari, te invitamos a ver el siguiente video.
“Volare…oh, oh, Cantare…oh, oh…Nel blu, dipinto di blu…Felice di stare lassù…” resuena en nuestros pensamientos al llegar a Polignano a Mare, uno de los balnearios más cotizados por turistas italianos y extranjeros que visitan este pequeño rincón del sur de Italia. ¿La razón?. Esta ciudad, hoy de casi 20.000 habitantes y solo a 30 minutos en tren desde la capital de la región de Apulia, Bari, fue la cuna del cantautor Domenico Modugno, quien hizo de “Volare” un himno reconocido mundialmente. La ciudad le rinde homenaje a quien es considerado en la mismísima Italia como el cantante más influyente de la música italiana del siglo XX: una plaza abierta al mar lleva su nombre (excelente mirador para apreciar los acantilados) coronada con una estatua de Modugno con los brazos abiertos y con un fondo dipinto di blu, en alusión al videoclip de la famosa canción. Por supuesto, es uno de los lugares más visitados, formándose incluso filas para obtener una fotografía. Por supuesto, este no es el único atractivo de Polignano a Mare. El principal, sin lugar a duda, son sus playas rodeadas de acantilados, desde donde existen varios miradores para disfrutar de vistas únicas. La particular geografía es complementada por bellas edificaciones de color blanco, que le dan el contraste característico con el azul del mar y del cielo. Su ciudad vieja, a la cual se ingresa por el Arco Marchese, construido en 1530, es solo el inicio de un paseo en la que encontrarás concurridas plazas; pequeñas iglesias barrocas; y frases de personajes ligados al arte, de la talla de Jim Morrison y del chileno Pablo Neruda. Pero en esta aventura, lo más rescatable es poder disfrutar de cada pintoresco rinconcito escondido en sus laberínticas calles de muros blancos y hermoseadas con coloridas flores. No por nada es considerado uno de los lugares más lindos de la región. Como buen lugar receptor de miles y miles de turistas, Polignano a Mare cuenta con una amplia oferta gastronómica. Desde un restaurante considerado como uno de los más caros de toda Europa, que se encuentra en una cueva con vistas al mar en uno de los acantilados, hasta las típicas cafeterías italianas. Desde el punto de vista gastronómico, el fuerte son los pescados y mariscos, siendo famosos los paninos (sándwiches) con productos del mar. Pero también es común encontrar en la ciudad todo lo típico que se ofrece en la región de Apulia: focaccia barese, café leccese, pasticcioto, tetta della monaca, panzerotto, etc. Si quieres conocer más sobre este precioso lugar, te invitamos a ver el siguiente video.
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
Milazzo es una ciudad que por su ubicación geográfica (inserta en una península al frente de las islas eolias), es un tranquilo e ideal lugar para pasar algunos días de verano. De su historia y de su enorme fortaleza, el conocido como Castillo de Milazzo, puedes leer en nuestra nota anterior. En esta oportunidad narraremos como pasar un día en esta apacible ciudad, enfocados no solo en algunos de sus lugares de interés turístico, sino también en la oferta gastronómica que la ciudad ofrece que, por supuesto, se centra en las delicias típicas de Sicilia. En la mañana, comenzamos con un desayuno típico siciliano que incluye, además del clásico café italiano, un pan brioche, una cassata siciliana y un infaltable cannolo. Estos tres productos se pueden encontrar en toda la isla. En nuestro caso, optamos por una de las tantas típicas pasticcerie que puedes encontrar en el centro de Milazzo. Se trata del Bar Pasticceria Merrina (Massimiliano Regis n° 50). Tras este dulce desayuno, nos dirigimos al cabo de Milazzo, Capo Milazzo, para disfrutar de sus excelentes vistas al mar Tirreno. En este mirador natural se encuentra también vestigios de cultura material, una iglesia rupestre, es decir cavada en las rocas, en honor a San Antonio de Padua, quien en el siglo XIII ocupó la gruta como refugio. Llega la hora de almuerzo y nos dirigimos nuevamente al centro de la ciudad. Elegimos Antichi Sapori (Umberto I n° 174), una trattoria que ofrece, entre otros, platos típicos de la zona. No olvidemos que Milazzo está en una isla, por lo que los productos del mar fueron los preferidos en esta visita; pasta con camarones y pistachos, choritos (mejillones) y un mix de fritos de productos del mar amenizaron nuestro mediodía. Después de descansar, nos fuimos a la costa poniente de la península, donde encontramos kilómetros de playa, bien cuidadas y con aguas muy limpias. Finalmente elegimos la playa más al norte, en la zona conocida como baia del tono. Un lugar paradisiaco para el descanso. Llega el atardecer y nos disponemos a elegir un lugar para el tradicional “bajón” post playa. Cerca de la costa encontramos un local de hamburguesas con un peculiar nombre: la Puttega (Piazza San Papino n° 8). Realmente nos sorprendieron sus hamburguesas, a tal punto que considero una de las mejores que he comido en mi vida. Es un local simple, pero la calidad de los ingredientes y sobre todo de la carne, hacen que uno quiera volver a probarlas. Ya caída la noche estival, las calles de Milazzo se llenan de gente paseando, pero mayoritariamente se encuentran en las múltiples terrazas de cada uno de los locales para beber y comer. Terminamos el día en la pizzería Matto (Massimiliano Regis n°24), un agradable lugar, buena atención y onda. Ahí probamos los famosos spritz (muy consumidos en Italia) en sus versiones con Aperol y con Campari, además de una pizza alla norma, toda una clásica de Sicilia, cuyo ingrediente principal es la berenjena. Finalizamos una jornada en que el descanso se mezcló con la naturaleza y la cultura. Eso, y por supuesto muchas opciones para agasajar los paladares, es lo que ofrece esta bella ciudad de Milazzo. Si quieres conocer más sobre este tour gastronómico y los lugares que visitamos, te invitamos a ver el siguiente video.
El puerto de Bari, como toda ciudad importante del sur de Italia, cuenta con una historia riquísima basada en siglos de dominación de diversas culturas del Mediterráneo. Un poco a la sombra de la popular Nápoles durante los últimos siglos, Bari ha sabido mantener una identidad propia que se enriquece con su ubicación geográfica: dominando el sur del Mar Adriático. Pero la actual capital de la región de la Apulia, o Puglia en italiano, hoy por hoy se ha forjado un nombre como destino turístico atractivo no solo para los italianos, sino para visitantes de todo el mundo. Es que Bari tiene mucho que ofrecer: un casco histórico vibrante con calles estrechas que dan vida a un plano laberíntico; edificios hermosos representantes de diversos estilos arquitectónicos; una hermosa costanera; y, por supuesto (si estamos hablando del sur italiano), una exquisita oferta gastronómica. Su barrio más antiguo, Bari Vecchia, es la mayor atracción de la ciudad: sus calles, viviendas, iglesias y lugares para comer bien son, en mi opinión, el mejor patrimonio de esta zona que transporta al pasado, pero que al mismo tiempo nos muestra como es la vida de barrio en la actualidad. Dentro de sus edificios, resaltan dos grandes iglesias representantes del estilo románico barese: su catedral, la de San Sabino, y la Basílica de San Nicolás de Bari. Esta última, contiene en su interior las reliquias del santo venerado por católicos y ortodoxos, que inspiró al popular personaje de Santa Claus o Viejito Pascuero. Por otra parte, Bari cuenta con varias playas y el paseo marítimo más largo de Italia (al menos de 3 kms. de largo), además de varios edificios del siglo XIX y XX, como el teatro Margherita y el teatro Petruzzelli. Hemos dejado para el final su rica gastronomía. Su situación costera ha inspirado la oferta culinaria de la ciudad. Recomendamos un delicioso sándwich de pulpo en Lo Sfizio del Borgo Antico (Valissa n°53); probar el panzerotto, una especie de calzone típico; las sgagliozze, un snack típico de polenta frita; y la joya de Bari, su focaccia. La foccacia barese contiene tomates, aceitunas y suficiente aceite de oliva (la región de Apulia es su mayor productora en Italia), es hecha en horno a leña y su masa es sencillamente espectacular. Recomendamos el panificio Fiore (Palazzo di Citta n° 38). Visitar Bari es una excelente opción para aquel viajero que quiere conocer otra Italia, alejada de hordas de turísticas, pero con similares bondades que otros lugares de la península. Además, en comparación a otro sitios, no es un destino caro, sin contar que es una excelente base para conocer otro pueblos y ciudades de la Apulia que son sencillamente hermosos, como Polignano a Mare, Monopoli, Lecce, Alberobello, Ostuni o Altamura. Para conocer más de esta ciudad, no te pierdas el siguiente episodio de En Palco Condimenta.