Segovia es, junto a Toledo y Ávila, una de las opciones para hacer una escapada de un día desde Madrid. Se puede llegar en poco tiempo: en autobús el viaje solo demora aproximadamente una 1 hora 20 minutos; en el tren rápido que parte desde la Estación de Chamartín demorarás solo 27 minutos, pero como la estación del trenes de alta velocidad queda a las afueras de la ciudad, deberás coger un autobús que tardará otros 15 minutos en dejarte en el centro. En nuestro caso llegamos en bus, ya que veníamos desde Ávila, por lo que pudimos comprobar que la Estación de Autobuses queda prácticamente a unas pocos metros de la joya de la ciudad, el acueducto. Además para dirigirse a este último, caminando por la avenida acueducto, te encuentras con dos joyas del románico: las iglesias de San Millán y la de San Clemente. Si llegas temprano, en esta calle encontrarás muchas opciones para tomar desayuno.
Y tras el viaje y observar algunos minutos las iglesias románicas ya citadas, estamos frente a famoso acueducto, una obra de ingeniería civil de inicios del siglo II de nuestra era, es decir, de casi 2.000 años. Este dato no nos deja indiferentes al observarlo, ver sus detalles y su técnica de construcción. La idea es disfrutarlo desde varios ángulos, por lo que es imperioso subir las escaleras de piedra que está a un costado y tener así una vista desde arriba. Tras las fotografías de rigor, caminamos en dirección oeste para adentrarnos en la ciudad por sus calles estrechas. Además de tiendas, nos encontramos con edificios pintorescos, como la Casa de los Picos, un edificio renacentista que cobija, generalmente, exposiciones de entrada liberada. A pocos metros, la plaza San Martín, en donde destaca la estatua de Juan Bravo, una fuente y, por supuesto, la románica iglesia de San Martín.
Después de visitar el interior de la iglesia, seguimos por la misma calle para llegar a la Plaza Mayor, la principal de la ciudad. Como buena plaza mayor, en ella encontraremos el edificio del ayuntamiento, un teatro y la catedral, la cual llama la atención por sus dimensiones. Decidimos entrar a este templo del gótico tardío (entrada general 4 euros, con guía 6 euros) y la verdad es que no decepciona. Todas las iglesias tienen sus particularidades y esta tiene la suya: una arquitectura gótica plenamente presente que, al mirar para arriba, nos acerca al cielo y nos recuerda que tan pequeños somos en este mundo. Por supuesto, desde la torre (solo con visita guiada 7 euros), podrás obtener la mejor vista de toda la ciudad. Te sugiero también salir al patio para tener una mejor vista de la torre por fuera. Salimos de la catedral y retomamos el camino hasta el objetivo final: el Alcázar. Este castillo medieval, uno de los mejor conservados de España, y que fue una de las residencias de los reyes castellanos, no solo nos lleva en un viaje por la historia, con los objetos que en él se exhiben, sino también grandes vistas del valle adyacente. La entrada cuesta 10 euros con derecho al palacio, el Museo de Artillería y a la torre.
