La actriz, cantante y activista mexicana Natasha Dupeyrón inició su carrera artística a muy temprana edad en la televisión. Participó en reconocidas telenovelas como “María, la del Barrio”, “La Otra”, “Amigas y Rivales” y “Miss XV”; interpretó a la insoportable Chiquis en la serie “La Casa de las Flores”; ha realizado teatro; además de participar en casi una veintena de películas, siendo la reciente “Cuando sea joven” junto a Verónica Castro.
En 2022, la actriz interpretó a Isabel Ross, o Miss Yucatán, en el thriller dramático “Señorita 89” de la extinta plataforma Starzplay, serie creada y dirigida por la argentina Lucía Puenzo, y producida por los hermanos Larraín. En la ficción, Dupeyrón es una de las candidatas a ganar el concurso de belleza más importante de México, una chica capaz de todo para lograr sus objetivos, pero que de a poco irá reconociendo que el turbio entorno que la rodea puede más que ella, y que sus compañeras de certamen. Capítulo tras capítulo, conocemos más a fondo a cada una de las protagonistas de esta historia, y su tormentoso camino a lo largo de la competición.
Este 13 de marzo de 2024, regresa “Señorita 89” con su segunda temporada, ahora ambientada en 1990. La trama se adentra en el turbulento reinado de Isabel Ross, quien deberá luchar por mantener su corona, ante la aparición de una nueva belleza, totalmente opuesta, Jocelyn (Leidi Gutiérrez), con quien finalmente tendrá que aliarse de algún modo para subsistir en un mundo dominado por los hombres. Por otro lado, el futuro de la competencia dependerá de la lucha de poder entre las principales televisoras del país, quienes tratarán de imponer su propio estilo de reina.
Revista Televitos en colaboración con En Palco, conversaron con Natasha Dupeyrón sobre esta nueva temporada de “Senorita 89” la que estrena de forma exclusiva en Universal +, donde además se puede encontrar la primera entrega completa.
¿Cuál ha sido la evolución de tu personaje, Isabel Ross o Señorita Yucatán, entre la primera y segunda temporada?
Ufff, es un personaje que pasa por muchas cosas. En la primera, me gusta decir que Isabel Ross no entiende nada. Tiene muchas lecciones y al contrario dice ‘no me importa, yo quiero esto y no importa pasar arriba de mis compañeras, de mi educación, de mí misma para lograrlo’. Y lo logra. Y en esta segunda temporada piensa que tiene todo bajo control hasta que se da cuenta que está dentro de la boca del lobo, y no puede hacer nada ahí adentro, porque es mujer en un país machista en los noventa, donde funciona como herramienta para controlar, y no hay vuelta para atrás.
¿Qué tan desafiante ha sido para ti como actriz enfrentarte a un personaje como este?
Como actriz es de las mejores cosas que te pueden pasar, porque requiere un reto darle vida a un personaje por el cual sientes lástima, y vas en contra de todo lo que hace. Es lo mejor que te puede pasar, porque no solo aprendes como actriz, sino como persona. Tienes lecciones, aprendes o reafirmas las cosas que no quieres hacer, o luego te das cuenta que eres igual de machista. Dices, Dios, yo también hacía esto, y entonces este personaje me ha dado muchas cosas, desde lo personal hasta crecer como actriz y sentirme expuesta y cómoda, y darme cuenta que en su momento yo fui parte de este movimiento de imposición de belleza en un país que necesitaba mucho amor. Entonces, la “Señorita 89” para mí ha sido muy poderosa.
¿Y ha cambiado tu forma de ver los concursos de belleza?
Sí, total. Desde la primera temporada. Yo era bastante machista con los concursos de belleza. Me daban igual, los veía, me burlaba de las misses en internet que contestaban cualquier tontería. Hasta que empecé a hacer la serie y dije, claro, es que no es que sean tontas, es que están expuestas. No es que sean tontas, es que tienen esta presión y no sé lo que están viviendo atrás como para que lleguen a un micrófono y no sepan qué decir. Y entonces me perdoné, y no volví a ser parte de ese juego. Al contrario, cada que me preguntan del concurso de belleza lo digo abiertamente, me parecen irresponsables, me parecen tristes y que no deberían existir. Deberían haber competiciones. Para eso están las Olimpiadas. Eso es lo que debería haber.
¿Cómo ha sido el trabajo con el equipo en esta segunda temporada?
Increíble, sobre todo porque había muchos chilenos y argentinos, y yo los amo profundamente, empezando por el productor Eduardo, que yo siempre le hablo en chileno, porque en mi cabeza suena muy chileno, pero en realidad no me sale nada. Y los fotógrafos son chilenos y argentinos. O sea, yo fui muy feliz. La verdad es que es un crew hermoso con Lucía Puenzo y Nicolás Puenzo, con Juli, con Benjamín Chazarreta, con Silvia Quer, con Jimena Montemayor. La verdad es que fui muy feliz, me sentí cuidada, protegida. Fue divertido estar en el set, a pesar de estar contando una historia dolorosa y fuerte. Fue divertido estar haciéndola.
¿Qué puede esperar el público de esta segunda temporada? Obviamente lo que se pueda contar. De este reinado de Isabel.
Muchas cosas. Habla de las televisoras en México y de cómo empieza esta imposición de la belleza. Y de cómo quieren imponer a México una reina que no tiene nada que ver con lo que es México. Es muy interesante, sigue tocando temas de violencia de género. Sigue tocando temas de belleza, de cosificación y de temas que nadie quiere hablar y que todos ignoramos, y que pensamos que nosotros somos parte de, pero seguimos haciendo las mismas cosas que en el 90 en el 2024. Creo que va a provocar debate y creo que les va a gustar.
Tú como actriz, y como persona, tienes una voz bien fuerte. ¿Qué tan importante es para ti trabajar en este tipo de proyectos?
Son los proyectos que busco, porque es que después de “Señorita 89” todo se va a quedar corto. Entonces, claro, después de dar todo este mensaje tan poderoso, yo feminista, activista en México, ha sido un placer. Yo hacía algo antes, que era como ‘yo no vuelvo a representar a una mujer que es cosificada o que es violentada’… Y es una mentira, es una tontería, y más bien hay que buscar proyectos que no sean machistas, que no haya un director que sepas que tiene un ‘me too’. El punto es representar a mujeres, punto. Pero no es formar parte de una productora o de un proyecto donde sabes que hay violadores o acosadores, o que el mismo proyecto hable de cosificar mujeres o violentarlas. Creo que por ahí va el camino que yo quiero tomar, y me han llegado, y me siguen llegando proyectos donde la chica se quiere casar y la dejan plantada, y entonces, ella se da cuenta que el amor de su vida era su mejor amigo. Eso es machista, eso no está diciendo nada, ni siquiera está ayudando, ni nos está aportando nada a nosotras como mujeres. Ha sido difícil, porque tengo que pagar la renta y tengo que pagar la comida, pero prefiero ir a casa de mi mamá y comer un caldito de pollo a seguir promocionando la violencia en mi país.
Allá es muy fuerte este tema.
El año pasado yo pasé el 8 de marzo en Chile, porque las chilenas tienen una voz poderosísima que influye a todo el mundo, incluido a México, y yo quería ver ese movimiento allá, y me fui para allá, y pasé el 8 de marzo, y fue una experiencia hermosa. A las mujeres chilenas yo las admiro profundamente, porque me parecen inteligentes, y no sé lo que hagan aquí, como que las chilenas tienen algo que saben cómo expresarlo de una forma tan poderosa que justo rompen barreras y cruzan fronteras, y estamos todas cantando sus canciones.
Para ir cerrando, invita al público chileno y de Latinoamérica para que vean la segunda temporada de “Señorita 89”.
Les va a gustar muchísimo, y a las chilenas feministas las va a volver locas, aparte sale en marzo la serie. Creo que es un gran momento para que salga, y nada, ojalá les guste, yo voy a estar ahí en mis redes sociales, porque también quiero saber qué piensan. Una está muy fácil contando la historia, pero al final el feedback es importante.
Entonces véanla, coméntenla, cuéntenme que les parece, y regresaré pronto a Chile.
Revisa la entrevista completa en video, a continuación:
