"El cóndor en el agua": la literatura marítima hispanoamericana toma fuerza de la mano del escritor Yuri Soria-Galvarro
En Palco conversó con el autor sobre su nueva novela.
"Uno tiene que vivir el personaje para que tenga credibilidad, porque si uno habla con cierta distancia se nota", dice Yuri Soria-Galvarro mientras nos explica cómo fue el proceso creativo de "El cóndor en el agua", su nueva novela que narra la odisea que vive a diario un grupo de marineros que trabaja en la pesca de bacalao en un barco factoría que navega los mares del sur.
En el relato de ficción el autor chileno-boliviano, y además biólogo marino, buzo profesional y fotógrafo de aves, aplica este sabio consejo. De hecho, confiesa que Abelardo, el malvado cocinero de la embarcación que castiga a los tripulantes encerrándolos en un congelador, fue inspirado en una persona que conoció y que no se portó muy bien.
En cada capítulo, el escritor nutre la historia con su vasta experiencia en alta mar. Resultado: una novela entretenida, llena de acción y muy fácil de leer.
Con esta obra, que fue publicada en Chile, Bolivia y México por editoriales de cada país, Yuri da vida a la literatura naviera hispanoamericana, que lamentablemente en los últimos años ha estado escasa pese a que el duro y delirante oficio de marinero sigue vigente. Un regalo para los fanáticos de este tipo de escritura.
Ud. es biólogo marino y buzo profesional, ha viajado varias veces por los mares de Magallanes del sur de Chile. Y tengo entendido que precisamente esta novela está basada en esa travesía. ¿Cómo ha sido la experiencia de navegar por las costas chilenas y qué rescató de esa experiencia para poder escribir esta novela?
El caso es más extraño todavía, porque yo soy nacido en Bolivia. Llegué de niño, como a los siete años, y como todos los bolivianos, estoy obsesionado con el mar, porque además de ser biólogo marino, trabajo en el mar y me ha tocado navegar durante muchos años los canales australes, es decir, de aquí, de Puerto Montt, donde yo resido, ya que el continente se empieza a disgregar y se convierte en islas, canales, fiordos, una geografía muy bella e intrincada, y compleja, pero llena de paisajes maravilloso. Por mi trabajo, me ha tocado recorrer en múltiples ocasiones, Magallanes. Y claro, esta novela habla de la pesca del bacalao, que es una pesca que se desarrolla más al sur todavía, pero que tiene su origen en Punta Arenas o en las islas Malvinas. Entonces de ahí surge, desde el fondo, una novela de ficción, pero que se ha ido cruzando con múltiples historias de navegantes, porque cuando a uno le toca navegar, por lo general en la zona austral, es siempre por largas horas de navegación, porque las distancias son muy grandes. Uno está siempre conversando con los marinos, con los patrones, y todos tienen experiencia o historias de otras navegaciones más australes. Y se fue armando esta historia, de repente como que cuajó y dije: 'bueno, aquí hay un tema potente que como bien toda la pesca del bacalao, que son estos barcos o factorías que a veces están muchos meses, ocho meses, nueve meses, diez meses navegando. Con gente adentro, como en un clima parecido a la cárcel, 60 o 70 personas en climas terribles y con temporales. Que se sostienen solamente por negocio'…. Siempre en la ficción hay protagonistas y antagonistas, desarrollo y viaje. Además, también yo creo que retomo algo que hoy día no se hace mucho, pero que a mí me gusta mucho de la novela marítima. Grandes maestros como Melville, Conrad y otros, incluso Coloane, que es quien, probablemente, después de leer dije, me gustaría escribir…
Usted cuenta en el libro algo que es súper desagradable, que es bien duro, que se describe como un infierno, una especie de psiquiátrico. Y los personajes también refuerzan esa idea. Por ejemplo, ese cocinero bien maquiavélico que es capaz de tirarle sopa caliente a los tripulantes o de dejarlos encerrados en un congelador por horas como forma de castigo. ¿La vida real del Marino es así de brutal?
Si, yo creo que en estos barcos, sí, en estos barcos de mar abierto, lógicamente, en la ficción está un poco comprimido, quizá un poco exacerbado, pero hay varias historias de personas que empiezan a navegar en esta situación tan estresante y se trastornan, se le desatan enfermedades psiquiátricas, se vuelven locos. Yo creo que no es que alguien se vuelva loco navegando, pero sí, seguramente se desata algún problema que tenía anteriormente en base al alto estrés. Y claro, es un clima bien complejo el de la navegación. No siempre. Ahora, tú mencionas al cocinero, ese está basado en alguien que conocí.
Resalta también que constantemente los pescadores conviven con la muerte, porque está en peligro sus vidas. En los viajes que usted realizó, ¿vio algún accidente complejo o la muerte más cercana?
Siempre está presente… Uno navega y va por un canal, y dice: ‘Mira aquí. En este lugar hubo una lancha que iba de noche, y se murieron cuatro personas. Un poco más allá hay un naufragio también, sobre todo en la zona de Magallanes. En los canales hay recuerdos permanentes de naufragios, hay un barco hundido y está la historia… Es un tema permanente, recurrente, y es parte de lo que se conversa, es como un poco de mitología también, pero cuando se pone mala la cosa es complejo. He navegado pasando también el Canal Magallanes en un bote chico, una lanchita que era muy rápida con motores grandes, pero que no tenía más de 7 u 8 metros, y nos topamos con un temporal de olas de cinco metros. Entonces, el capitán, casi llorando, se dio vuelta y dijo: ‘No, por favor, volvamos’…
Disfruta la entrevista completa con Yuri Soria-Galvarro, a continuación.