Una dicotomía impactante que muestra el lado luminoso y oscuro, bueno y malo, inocente y culpable de una de las víctimas del holocausto, es en palabras simples el drama que narra la película “Stella, una vida, dirigida por el cineasta alemán Kilian Riedho. El largometraje cuenta la historia real de Stella Goldschlag , una cantante de jazz judía que entre 1943 y 1945 entregó a cientos de compatriotas a la Gestapo para que no la enviaran al campo de concentración de Auschwitz. La cinta empieza con escenas de alegría y regocijo. En los primeros minutos se ve a la protagonista ensayar con su banda. Su sueño es migrar a Estados Unidos y convertirse en una artista famosa. Luego la pantalla se va a negro y la joven aparece en una fábrica de armas. Han pasado varios sucesos desde las imágenes anteriores. Ahora Stella está casada con Manfred Kübler (Damian Hardung), un integrante de su grupo musical, es obligada por el régimen nazi a realizar trabajos forzados y vive escondida en un sótano, porque el holocausto ha comenzado. Lamentablemente, su esposo es capturado y llevado a un campo de concentración. Tiempo después la cantante establece una relación con Rolf, un judío que vende pasaportes falsos. El romance se intensifica y se van a vivir juntos. Con tal de generar dinero y de ayudar a sus padres, la joven se une al negocio de su novio. Cierto día la policía la arresta y le exige que le revele dónde vive un judío que le entregó documentos de identidad, ella se niega a hablar y la golpean sin piedad. Las imágenes son muy fuertes y realistas. Como Stella no colabora la Gestapo le advierte que la enviara junto a sus padres a un campo de concentración, para que esto no ocurra acepta ser una espía. En ese minuto con 21 años se convierte en una opresora de su pueblo y comienza a delatar a cientos de personas, incluso a sus propios amigos, algunos de ellos papás de niños pequeños. Cuando se da cuenta de que no conoce a más gente a quien pueda entregar convence a los policías alemanes de que liberen a Rolf y lo dejen trabajar como cazajudíos para que capture a sus ex clientes. Más tarde la protagonista se da cuenta de que todo el daño que hizo fue en vano, porque la Gestapo no cumplió el trato que tenían y envió a sus padres a un campo de concentración. Posteriormente la película muestra el juicio que enfrentó la artista en 1957 por colaborar con el régimen nazi y provocar la muerte de cientos de personas. En ningún momento ella reconoce que fue culpable, al contrario, intenta conseguir testigos que hablen a su favor para así quedar libre. Finalmente, es condenada a diez años de prisión, pero no es encarcelada, porque después de la segunda guerra mundial un tribunal militar ruso la sentenció a estar una década privada de libertad y acababa de cumplir la condena. La cinta no busca enjuiciar a Stella. De hecho, muestra que después del holocausto lo pasó mal, porque la gente la detestaba, incluso su hija, y que esto le afectó tanto que intentó quitarse la vida. Más bien la película invita a los espectadores a que se pongan en el lugar de la joven y que se pregunten si se puede ser víctima y opresor al mismo tiempo y qué estarían dispuestos a hacer para salvar su vida y la de sus seres queridos. La forma en que se narra la historia es muy atrapante, porque tiene ritmo, buenos giros, una excelente ambientación e impecables interpretaciones. Sobre todo destaca el trabajo de la actriz Paula Beer (Cielo Rojo, Undine, En Transito, Frantz), quien se luce en su rol protagónico gracias a su gran versatilidad. “Stella, una vida” es un gran acierto cinematográfico que aporta una nueva arista en el relato del holocausto. Con esta tremenda película el director Kilian Riedho enfatiza que es importante recordar para no repetir. Sin duda, un largometraje cien por ciento recomendado.
¿Qué harías si el lugar donde viviste los mejores momentos de tu vida está en peligro?, ¿intentarías salvar a toda costa ese sitio que forma parte clave de tu historia personal y familiar o te desligarías y te aferrarías solo a los recuerdos?, son algunas de las preguntas que planteaGracias por venir, la ópera prima de Taiyo Yamazaki que se estrena este jueves 26 de septiembre en cines nacionales independientes. La película sigue la vida de Nancho, quien ha vacacionado por más de 25 años junto a su familia en una casa en la playa. Durante su última estadía en el balneario lamentablemente su padre fallece. Mientras asimila esta dolorosa pérdida se entera que quieren vender la propiedad, porque hay planes de construir un hotel en la zona. Ante el peligro de perder ese preciado lugar, donde compartió con su progenitor, el protagonista decide sabotear la venta de la vivienda, pero no todo sale como lo tenía pensado. El largometraje, producido por Cine UDD (Universidad del Desarrollo), también reflexiona sobre el valor emocional que tienen los lugares, porque para Nancho la casa de la playa no solo es la propiedad de veraneo, por sobre todo es el hogar, donde vivió momentos inolvidables con su padre. Por lo tanto, para el protagonista salvar esa vivienda es rescatar la memoria de su papá y parte del legado que le dejó. Daniel Candia, Alejandra Yáñez y Alejandro Trejo protagonizan la cinta. El elenco lo completan Igor Cantillana, América Navarro, Roberto Villena y Daniela Fredes. Si bien la película cuenta una historia sencilla sin grandes giros, conflicto y desenlace, logra reflejar con naturalidad las dinámicas familiares y los viajes de vacaciones, por lo mismo muchos espectadores se sentirán identificados con los personajes. Ver “Gracias por venir” es un excelente panorama para los amantes del cine chileno y de las películas que invitan a la reflexión.
Con una historia en torno a la política llena de humor, imaginación, números musicales y sarcasmo que interpela al espectador, el cineasta italiano Nanni Moretti vuelve a cautivar a la crítica especializada. Su aplaudido largometrajeLo mejor está por venir, que se estrenó este jueves 22 de agosto en Chile, tiene como telón de fondo la invasión soviética en Hungría. El film sigue la vida de Giovanni, un director de cine que está rodando en Roma una película, ambientada en 1956, que tiene como protagonistas a Ennio, director del diario del Partido Comunista, y a Eva, una militante del mismo sector. Ambos personajes invitan a un circo húngaro a presentarse en la capital italiana. Poco tiempo después de que los artistas comienzan sus funciones Hungría es invadida por tropas soviéticas. En ese caótico momento el Partido Comunista Italiano tiene que decidir si rompe o no el vínculo con la Unión Soviética. Mientras Ennio defiende la intervención rusa, Eva se pregunta cómo personas que se hacen llamar comunistas se convirtieron en opresores. Si bien en la vida real, el partido eligió no aprovechar la oportunidad de cortar la relación con los invasores, la película busca reescribir la historia proponiendo otro final más esperanzador. De esta manera, la cinta realiza una crítica a los movimientos de izquierda que en los últimos años han estado en crisis en diversos países como Venezuela y Cuba. Durante la filmación de la película Giovanni, enfrenta un sinfín de adversidades: su esposa le pide el divorcio, su hija establece una relación con un hombre bastante mayor que ella, y el productor del film está en la quiebra. Todos estos obstáculos hacen que se cuestione sus decisiones, su forma de ser e incluso su manera de dirigir la película. A lo largo de la cinta se muestra la vida profesional y personal del protagonista, encarnado por el propio Nanni Moretti. Las dos historias se entrelazan y permiten comprender la evolución que tiene el personaje en el relato. El productor intenta vender la cinta a Netflix, pero la empresa de entretenimiento le deja claro a Giovanni que no le interesa su película, porque le falta un momento “ what the fuck ”. A partir de esa escena se realiza una crítica al cine actual, argumentando que muchas veces se introducen en los largometrajes imágenes de violencia sin ninguna justificación solo por temas comerciales. Sin duda, “ Lo mejor está por venir ” ofrece una entretenida e interesante historia, que invita a reflexionar sobre temas políticos y cinematográficos.
Llegó a la pantalla grande la adaptación cinematográfica del clásico libro infantilHarold y su crayón mágico, obra que ha cautivado a generaciones de lectores desde que fue publicado en 1955 por el escritor Crockett Johnson. La cinta, protagonizada por Zachary Levi, sigue la historia de un niño de cuatro años que vive en las páginas en blanco de un libro y que tiene un preciado objeto: un lápiz morado. A simple vista parece un crayón cualquiera, pero es muy particular, porque todo lo que se dibuja con el se convierte en realidad al instante. Cuando el personaje crece crea dos amigos, un alce y una puercoespín, para que lo acompañen en sus aventuras. Un día el narrador del libro se despide y Harold decide ir a buscarlo al mundo real. Este giro en la historia se parece a las películas “Barbie” y “Encantada”. Una vez en el planeta tierra, Harold comienza a buscar alviejo por todas partes. En este desafío lo ayudan sus amigos y por supuesto utiliza el lápiz a su favor. Mientras se adapta al ajetreado mundo real conoce a un niño llamado Mel ( Benjamin Bottani) y su madre Terry ( Zooey Deschanel), una joven viuda, músico, que trabaja en un supermercado. Rápidamente se forma una estrecha amistad entre el personaje principal y Mel. Juntos se divierten creando con el crayón un sin fin de objetos como bicicletas, avión, bichos extraños, entre otros. Harold le toma tanto cariño al pequeño, que le regala la mitad del lápiz. Pero no todo es color de rosa, en medio de su infructuosa búsqueda el protagonista se encuentra con Gary (Jemaine Clement), un frustrado escritor que descubre que el crayón es mágico e inmediatamente se propone robarlo para hacer realidad sus sueños. Lamentablemente, logra su cometido y se producen una serie de conflictos con entre ambos. “Harold y su crayón mágico” es una película familiar muy divertida y llena de acción. A los niños les encantará, porque tiene animaciones y escenas chistosas. Sobre todo alucinarán con el poder que tiene el lápiz morado. Seguro querrán uno. No es necesario leer el libro para entender la película, porque funciona perfecto de manera independiente. La cinta se estrena este jueves primero de agosto en las salas de cine chilenas. El film es una excelente opción para quienes están buscando un panorama familiar y para aquellas personas que desean hacer feliz a su niño interior con una historia atrapante y repleta de colores.
La ópera prima de la actriz Paola Cortellesi tiene una tremenda carta de presentación. En octubre de 2023, la cinta “Siempre habrá un mañana” venció en Italia a los fenómenos mundiales “Barbie” y “Oppenheimer”, y se convirtió en la película más vista del año. Como si esto fuera poco, el largometraje se transformó en el film italiano dirigido por una mujer que más éxito ha tenido en el país. ¿Cómo esta película logró ganarle a dos gigantes de la industria del cine? El largometraje tiene varios elementos cautivantes. En primer lugar, es una cinta hermosa y tremendamente inspiradora que aborda un tema relevante: la violencia hacia la mujer y la vulneración de sus derechos durante los años 40'. Segundo, cuenta la historia en blanco y negro y fusiona en el relato el drama, la comedia y algunas escenas de coreografías propias de los musicales. Y por último y no menos importante, el elenco realizó un excelente trabajo actoral, sobre todo Paola Cortellesi, quien además de dirigir, protagoniza el film. Esta original película sigue la vida de Delia, una mujer que es golpeada sin piedad por su esposo Ivano. Durante años ha soportado el maltrato en silencio para proteger a sus hijos. En el vecindario todos saben el calvario que sufre, pero nadie hace nada, porque la violencia intrafamiliar está totalmente normalizada. Incluso la protagonista justifica a su agresor diciendo que se comporta así, porque fue a dos guerras. Delia también tiene que soportar a su suegro déspota, quien le dice que es una buena dueña de casa, pero que tiene que aprender a callarse. A pesar de que no se llevan bien, lo cuida, porque está postrado. Fuera de casa la situación no es muy diferente. En los cuatro trabajos part-time que tiene hay violencia de género y se manifiesta de distintas maneras. Por ejemplo, en el taller donde confecciona paraguas le pagan menos que a su compañero solo por ser mujer, en el edificio donde lava sábanas no la dejan usar el ascensor, en su trabajo como cuidadora de enfermos se da cuenta de que incluso en las familias adineradas los hombres no consideran la opinión de sus esposas, y en la tienda donde vende las prendas que hace en sus tiempos libres ve como a la dueña del local la miran en menos por ser mujer. Al llegar a casa, después de trabajar arduamente, Ivano le exige que le entregue el dinero que ganó. Dice que es para pagar las cuentas del hogar, pero usa parte de la plata para comprar alcohol. Su hija mayor Marcella (Romana Maggiora), también siente que sus derechos son vulnerados, especialmente por su padre, quien no la deja ir al colegio, pero a sus hermanos sí por ser hombres. Su única esperanza es casarse con su novio Giulio (Francesco Centorame), un joven de buena situación económica, porque cree que a su lado será libre. Después de un tiempo la protagonista se da cuenta que el muchacho es machista y agresivo y que si su hija contrae matrimonio con él repetirá el mismo patrón. Mientras Delia intenta salvar a Marcella recibe una misteriosa carta que la impulsa a pelear por los derechos de las mujeres con acciones concretas. Este documento le da un vuelco inesperado a la historia. Si bien la cinta aborda un tema fuerte, las imágenes no resultan chocantes, porque en las escenas de violencia intrafamiliar los golpes se representan con coreografías. Este recurso ayuda a graficar que el maltrato sigue latente y que se ha normalizado. La decisión de mostrar todo en blanco y negro también es un acierto, porque recuerda lo gris que se vuelve la vida cuando se viven situaciones de violencia. La exitosa película se comienza a exhibir en las salas de cine de nuestro país a partir de este jueves 27 de junio. Quienes vayan a verla no se arrepentirán, porque es una propuesta distinta, que atrapa a los espectadores desde los primeros minutos con su mensaje potente y bien contado.
Una dicotomía impactante que muestra el lado luminoso y oscuro, bueno y malo, inocente y culpable de una de las víctimas del holocausto, es en palabras simples el drama que narra la película “Stella, una vida, dirigida por el cineasta alemán Kilian Riedho. El largometraje cuenta la historia real de Stella Goldschlag , una cantante de jazz judía que entre 1943 y 1945 entregó a cientos de compatriotas a la Gestapo para que no la enviaran al campo de concentración de Auschwitz. La cinta empieza con escenas de alegría y regocijo. En los primeros minutos se ve a la protagonista ensayar con su banda. Su sueño es migrar a Estados Unidos y convertirse en una artista famosa. Luego la pantalla se va a negro y la joven aparece en una fábrica de armas. Han pasado varios sucesos desde las imágenes anteriores. Ahora Stella está casada con Manfred Kübler (Damian Hardung), un integrante de su grupo musical, es obligada por el régimen nazi a realizar trabajos forzados y vive escondida en un sótano, porque el holocausto ha comenzado. Lamentablemente, su esposo es capturado y llevado a un campo de concentración. Tiempo después la cantante establece una relación con Rolf, un judío que vende pasaportes falsos. El romance se intensifica y se van a vivir juntos. Con tal de generar dinero y de ayudar a sus padres, la joven se une al negocio de su novio. Cierto día la policía la arresta y le exige que le revele dónde vive un judío que le entregó documentos de identidad, ella se niega a hablar y la golpean sin piedad. Las imágenes son muy fuertes y realistas. Como Stella no colabora la Gestapo le advierte que la enviara junto a sus padres a un campo de concentración, para que esto no ocurra acepta ser una espía. En ese minuto con 21 años se convierte en una opresora de su pueblo y comienza a delatar a cientos de personas, incluso a sus propios amigos, algunos de ellos papás de niños pequeños. Cuando se da cuenta de que no conoce a más gente a quien pueda entregar convence a los policías alemanes de que liberen a Rolf y lo dejen trabajar como cazajudíos para que capture a sus ex clientes. Más tarde la protagonista se da cuenta de que todo el daño que hizo fue en vano, porque la Gestapo no cumplió el trato que tenían y envió a sus padres a un campo de concentración. Posteriormente la película muestra el juicio que enfrentó la artista en 1957 por colaborar con el régimen nazi y provocar la muerte de cientos de personas. En ningún momento ella reconoce que fue culpable, al contrario, intenta conseguir testigos que hablen a su favor para así quedar libre. Finalmente, es condenada a diez años de prisión, pero no es encarcelada, porque después de la segunda guerra mundial un tribunal militar ruso la sentenció a estar una década privada de libertad y acababa de cumplir la condena. La cinta no busca enjuiciar a Stella. De hecho, muestra que después del holocausto lo pasó mal, porque la gente la detestaba, incluso su hija, y que esto le afectó tanto que intentó quitarse la vida. Más bien la película invita a los espectadores a que se pongan en el lugar de la joven y que se pregunten si se puede ser víctima y opresor al mismo tiempo y qué estarían dispuestos a hacer para salvar su vida y la de sus seres queridos. La forma en que se narra la historia es muy atrapante, porque tiene ritmo, buenos giros, una excelente ambientación e impecables interpretaciones. Sobre todo destaca el trabajo de la actriz Paula Beer (Cielo Rojo, Undine, En Transito, Frantz), quien se luce en su rol protagónico gracias a su gran versatilidad. “Stella, una vida” es un gran acierto cinematográfico que aporta una nueva arista en el relato del holocausto. Con esta tremenda película el director Kilian Riedho enfatiza que es importante recordar para no repetir. Sin duda, un largometraje cien por ciento recomendado.
¿Qué harías si el lugar donde viviste los mejores momentos de tu vida está en peligro?, ¿intentarías salvar a toda costa ese sitio que forma parte clave de tu historia personal y familiar o te desligarías y te aferrarías solo a los recuerdos?, son algunas de las preguntas que planteaGracias por venir, la ópera prima de Taiyo Yamazaki que se estrena este jueves 26 de septiembre en cines nacionales independientes. La película sigue la vida de Nancho, quien ha vacacionado por más de 25 años junto a su familia en una casa en la playa. Durante su última estadía en el balneario lamentablemente su padre fallece. Mientras asimila esta dolorosa pérdida se entera que quieren vender la propiedad, porque hay planes de construir un hotel en la zona. Ante el peligro de perder ese preciado lugar, donde compartió con su progenitor, el protagonista decide sabotear la venta de la vivienda, pero no todo sale como lo tenía pensado. El largometraje, producido por Cine UDD (Universidad del Desarrollo), también reflexiona sobre el valor emocional que tienen los lugares, porque para Nancho la casa de la playa no solo es la propiedad de veraneo, por sobre todo es el hogar, donde vivió momentos inolvidables con su padre. Por lo tanto, para el protagonista salvar esa vivienda es rescatar la memoria de su papá y parte del legado que le dejó. Daniel Candia, Alejandra Yáñez y Alejandro Trejo protagonizan la cinta. El elenco lo completan Igor Cantillana, América Navarro, Roberto Villena y Daniela Fredes. Si bien la película cuenta una historia sencilla sin grandes giros, conflicto y desenlace, logra reflejar con naturalidad las dinámicas familiares y los viajes de vacaciones, por lo mismo muchos espectadores se sentirán identificados con los personajes. Ver “Gracias por venir” es un excelente panorama para los amantes del cine chileno y de las películas que invitan a la reflexión.
Con una historia en torno a la política llena de humor, imaginación, números musicales y sarcasmo que interpela al espectador, el cineasta italiano Nanni Moretti vuelve a cautivar a la crítica especializada. Su aplaudido largometrajeLo mejor está por venir, que se estrenó este jueves 22 de agosto en Chile, tiene como telón de fondo la invasión soviética en Hungría. El film sigue la vida de Giovanni, un director de cine que está rodando en Roma una película, ambientada en 1956, que tiene como protagonistas a Ennio, director del diario del Partido Comunista, y a Eva, una militante del mismo sector. Ambos personajes invitan a un circo húngaro a presentarse en la capital italiana. Poco tiempo después de que los artistas comienzan sus funciones Hungría es invadida por tropas soviéticas. En ese caótico momento el Partido Comunista Italiano tiene que decidir si rompe o no el vínculo con la Unión Soviética. Mientras Ennio defiende la intervención rusa, Eva se pregunta cómo personas que se hacen llamar comunistas se convirtieron en opresores. Si bien en la vida real, el partido eligió no aprovechar la oportunidad de cortar la relación con los invasores, la película busca reescribir la historia proponiendo otro final más esperanzador. De esta manera, la cinta realiza una crítica a los movimientos de izquierda que en los últimos años han estado en crisis en diversos países como Venezuela y Cuba. Durante la filmación de la película Giovanni, enfrenta un sinfín de adversidades: su esposa le pide el divorcio, su hija establece una relación con un hombre bastante mayor que ella, y el productor del film está en la quiebra. Todos estos obstáculos hacen que se cuestione sus decisiones, su forma de ser e incluso su manera de dirigir la película. A lo largo de la cinta se muestra la vida profesional y personal del protagonista, encarnado por el propio Nanni Moretti. Las dos historias se entrelazan y permiten comprender la evolución que tiene el personaje en el relato. El productor intenta vender la cinta a Netflix, pero la empresa de entretenimiento le deja claro a Giovanni que no le interesa su película, porque le falta un momento “ what the fuck ”. A partir de esa escena se realiza una crítica al cine actual, argumentando que muchas veces se introducen en los largometrajes imágenes de violencia sin ninguna justificación solo por temas comerciales. Sin duda, “ Lo mejor está por venir ” ofrece una entretenida e interesante historia, que invita a reflexionar sobre temas políticos y cinematográficos.
Llegó a la pantalla grande la adaptación cinematográfica del clásico libro infantilHarold y su crayón mágico, obra que ha cautivado a generaciones de lectores desde que fue publicado en 1955 por el escritor Crockett Johnson. La cinta, protagonizada por Zachary Levi, sigue la historia de un niño de cuatro años que vive en las páginas en blanco de un libro y que tiene un preciado objeto: un lápiz morado. A simple vista parece un crayón cualquiera, pero es muy particular, porque todo lo que se dibuja con el se convierte en realidad al instante. Cuando el personaje crece crea dos amigos, un alce y una puercoespín, para que lo acompañen en sus aventuras. Un día el narrador del libro se despide y Harold decide ir a buscarlo al mundo real. Este giro en la historia se parece a las películas “Barbie” y “Encantada”. Una vez en el planeta tierra, Harold comienza a buscar alviejo por todas partes. En este desafío lo ayudan sus amigos y por supuesto utiliza el lápiz a su favor. Mientras se adapta al ajetreado mundo real conoce a un niño llamado Mel ( Benjamin Bottani) y su madre Terry ( Zooey Deschanel), una joven viuda, músico, que trabaja en un supermercado. Rápidamente se forma una estrecha amistad entre el personaje principal y Mel. Juntos se divierten creando con el crayón un sin fin de objetos como bicicletas, avión, bichos extraños, entre otros. Harold le toma tanto cariño al pequeño, que le regala la mitad del lápiz. Pero no todo es color de rosa, en medio de su infructuosa búsqueda el protagonista se encuentra con Gary (Jemaine Clement), un frustrado escritor que descubre que el crayón es mágico e inmediatamente se propone robarlo para hacer realidad sus sueños. Lamentablemente, logra su cometido y se producen una serie de conflictos con entre ambos. “Harold y su crayón mágico” es una película familiar muy divertida y llena de acción. A los niños les encantará, porque tiene animaciones y escenas chistosas. Sobre todo alucinarán con el poder que tiene el lápiz morado. Seguro querrán uno. No es necesario leer el libro para entender la película, porque funciona perfecto de manera independiente. La cinta se estrena este jueves primero de agosto en las salas de cine chilenas. El film es una excelente opción para quienes están buscando un panorama familiar y para aquellas personas que desean hacer feliz a su niño interior con una historia atrapante y repleta de colores.
La ópera prima de la actriz Paola Cortellesi tiene una tremenda carta de presentación. En octubre de 2023, la cinta “Siempre habrá un mañana” venció en Italia a los fenómenos mundiales “Barbie” y “Oppenheimer”, y se convirtió en la película más vista del año. Como si esto fuera poco, el largometraje se transformó en el film italiano dirigido por una mujer que más éxito ha tenido en el país. ¿Cómo esta película logró ganarle a dos gigantes de la industria del cine? El largometraje tiene varios elementos cautivantes. En primer lugar, es una cinta hermosa y tremendamente inspiradora que aborda un tema relevante: la violencia hacia la mujer y la vulneración de sus derechos durante los años 40'. Segundo, cuenta la historia en blanco y negro y fusiona en el relato el drama, la comedia y algunas escenas de coreografías propias de los musicales. Y por último y no menos importante, el elenco realizó un excelente trabajo actoral, sobre todo Paola Cortellesi, quien además de dirigir, protagoniza el film. Esta original película sigue la vida de Delia, una mujer que es golpeada sin piedad por su esposo Ivano. Durante años ha soportado el maltrato en silencio para proteger a sus hijos. En el vecindario todos saben el calvario que sufre, pero nadie hace nada, porque la violencia intrafamiliar está totalmente normalizada. Incluso la protagonista justifica a su agresor diciendo que se comporta así, porque fue a dos guerras. Delia también tiene que soportar a su suegro déspota, quien le dice que es una buena dueña de casa, pero que tiene que aprender a callarse. A pesar de que no se llevan bien, lo cuida, porque está postrado. Fuera de casa la situación no es muy diferente. En los cuatro trabajos part-time que tiene hay violencia de género y se manifiesta de distintas maneras. Por ejemplo, en el taller donde confecciona paraguas le pagan menos que a su compañero solo por ser mujer, en el edificio donde lava sábanas no la dejan usar el ascensor, en su trabajo como cuidadora de enfermos se da cuenta de que incluso en las familias adineradas los hombres no consideran la opinión de sus esposas, y en la tienda donde vende las prendas que hace en sus tiempos libres ve como a la dueña del local la miran en menos por ser mujer. Al llegar a casa, después de trabajar arduamente, Ivano le exige que le entregue el dinero que ganó. Dice que es para pagar las cuentas del hogar, pero usa parte de la plata para comprar alcohol. Su hija mayor Marcella (Romana Maggiora), también siente que sus derechos son vulnerados, especialmente por su padre, quien no la deja ir al colegio, pero a sus hermanos sí por ser hombres. Su única esperanza es casarse con su novio Giulio (Francesco Centorame), un joven de buena situación económica, porque cree que a su lado será libre. Después de un tiempo la protagonista se da cuenta que el muchacho es machista y agresivo y que si su hija contrae matrimonio con él repetirá el mismo patrón. Mientras Delia intenta salvar a Marcella recibe una misteriosa carta que la impulsa a pelear por los derechos de las mujeres con acciones concretas. Este documento le da un vuelco inesperado a la historia. Si bien la cinta aborda un tema fuerte, las imágenes no resultan chocantes, porque en las escenas de violencia intrafamiliar los golpes se representan con coreografías. Este recurso ayuda a graficar que el maltrato sigue latente y que se ha normalizado. La decisión de mostrar todo en blanco y negro también es un acierto, porque recuerda lo gris que se vuelve la vida cuando se viven situaciones de violencia. La exitosa película se comienza a exhibir en las salas de cine de nuestro país a partir de este jueves 27 de junio. Quienes vayan a verla no se arrepentirán, porque es una propuesta distinta, que atrapa a los espectadores desde los primeros minutos con su mensaje potente y bien contado.