"La zona de interés": el relato del Holocausto desde los ojos de un comandante nazi
El exitoso largometraje, nominado a cinco premios Oscar, ya está en cartelera en los cines chilenos.
Hacer una película sobre el Holocausto sin mostrar ni siquiera una imagen del genocidio es un gran desafío y lograr que se entienda y que marque la diferencia aún más, pero el destacado director británico Jonathan Glazer lo consiguió con "La zona de interés", cinta basada en la novela homónima que publicó el escritor Martin Amis en 2015. El aclamado largometraje está nominado a cinco premios Oscar: Mejor película, Mejor dirección, Mejor guion adaptado, Mejor sonido y Mejor película internacional.
¿Por qué le ha ido tan bien a esta cinta alemana?, ¿Qué tiene de especial? De partida, cuenta la cruda historia del exterminio de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial como nunca se había hecho: de manera implícita y desde los ojos de los victimarios, específicamente de Rudolf Höss (Christian Friedel), comandante del campo de concentración de Auschwitz, quien vivió por varios años junto a su esposa e hijos en una acomodada casa con piscina ubicada a 200 metros de las cámaras de gas. Solo un muro separaba la vivienda del lugar donde mataban a cientos de personas. A estos sectores contiguos a los sitios de exterminio los llamaban zona de interés, de ahí el nombre de la adaptación cinematográfica.
La película muestra como era el día a día de esta familia que no tenía ningún sentimiento de culpa por las atrocidades que se cometían, de las cuales eran parte. En las imágenes se ve al jerarca nazi celebrar su cumpleaños, disfrutar de una tarde de picnic en el río, y reunirse con unos ingenieros que lo ayudan a implementar un sistema de trabajo ininterrumpido de 24 horas para que el plan de exterminio sea lo más rápido y eficiente posible. También se observa a Hedwig (Sandra Hüller), su esposa, probándose un abrigo de una judía asesinada o mostrándole a su madre el jardín mientras sale humo de los crematorios del campo de concentración. Por su parte, los hijos mayores, que adoptaron la misma actitud indolente, se divierten examinando los dientes que encuentran de las personas muertas.
La película retrata de manera magistral lo indiferente, cruel, insensible y despiadada que es esta familia frente a los cientos de asesinatos que se cometen solo a metros de ellos. Están tan acostumbrados a escuchar todos los días los gritos de los judíos antes de morir y de ver el humo cuando queman sus cuerpos que lo han normalizado, tanto que incluso lo justifican. La película invita a los espectadores a reflexionar sobre lo lejos que puede llegar la maldad, lo enraizada que está en el ser humano y sobre qué tan identificados se sienten con la actitud despiadada y frívola de los protagonistas.
A diferencia de la novela, cuyos personajes tienen nombres ficticios, en la cinta se dice abiertamente que el comandante es Rudolf Hoss, quien fue condenado a muerte durante los juicios de Nuremberg y ejecutado en 1947 cerca del crematorio de Auschwitz. De hecho, la vivienda familiar que aparece en la cinta está basada en fotografías de la casa del jerarca.
Si bien la película no muestra imágenes del campo de concentración, en algunas escenas aparecen judíos que trabajan para el comandante. Esto con el fin de contextualizar y graficar la relación que tienen con las víctimas.
El largometraje es muy visual y detallista. A ritmo pausado se muestra la vida cotidiana de los protagonistas. Los espectadores deben estar muy atentos para conectar los puntos y entender la historia, ya que se relata de manera bastante implícita.
La música sinfónico-electrónica de Mica Levi que suena de fondo y los gritos que vienen del campo de concentración son un elemento clave en la película, ya que crea una atmósfera tétrica que enfatiza lo horrible que fue este genocidio. La cinta comienza con la pantalla completamente en negro y una canción inquietante. De alguna forma, el holocausto no se ve, pero se escucha.
En "La zona de interés" hay varias escenas en blanco y negro, en las que se observa a una joven esconder en la tierra manzanas y otras frutas para que al día siguiente las recojan los judíos que salen del campo de concentración para realizar tareas en el terreno contiguo. Al parecer es una pesadilla que tiene una de las hijas del comandante.
La película muestra un punto de vista tan interesante del Holocausto que vale la pena verla cien por ciento. Sin embargo, quizás no le guste a aquellas personas que prefieren las cintas con un ritmo más rápido y un mensaje explícito.