La nueva cinta de la directora francesa Coralie Fargeat llegó con gran expectación a la cartelera comercial. “La Sustancia” es un extraño y desenfadado body horror que crítica el enfermizo culto a la belleza y a la juventud que el cine, la tv y ahora las redes sociales imponen a las mujeres al punto de utilizarlas, idiotizarlas, para luego desecharlas.
La trama nos presenta a Elisabeth Sparkle, una bella mujer madura que fue una gran estrella de cine, la que ahora tiene un programa fitness con aire noventero, pero que el día de su cumpleaños número 50 es despedida. Un ejecutivo del canal, un hombre miserable y misógino, la despide sin piedad, pues para él, a su edad, ya no vale nada.
Desesperada y acostumbrada a vivir del éxito que le brinda su físico, se topa con una misteriosa opción en el camino, probar La Sustancia, un tratamiento que le ofrece generar una mejor versión de ella misma, más joven, más bella y perfecta, pero sólo debe cumplir con algunas reglas, siendo las más importantes recordar que ambas son una, y que a cada versión le toca vivir una semana completa, en un equilibrio que no debe ser roto. Pero Sue, su ‘alter ego’, toma fuerza rápidamente, consigue el puesto de Elisabeth en la TV y tiene un hambre enorme de fama y de vivir, sin importarle ser un objeto, lo que empieza a afectar aún más a su ‘creadora’.
La película bebe mucho del cine de David Cronenberg y de Stanley Kubrick, hay muchos reenvíos al trabajo de estos grandes directores. Fargeat no tiene miedo de ir más allá, de ser cruda, detallista e incluso de agobiar a ratos al espectador, para demostrar lo descarnado, vacío y patético que puede ser este mundo que gira en torno a las apariencias.
Si bien Dennis Quaid como el infame ejecutivo de televisión y Margaret Qualey como Sue, brindan una gran performance, quien se roba la película es Demi Moore, la que con un personaje de Elisabeth Sparkle se luce mostrando versatilidad y fuerza.
“La Sustancia” en cines desde el 19 de septiembre.
