Seamos honestos, las producciones de Sony relacionadas con el universo de Spider-Man, pero sin la presencia del propio hombre araña, no han estado a la altura de su contraparte Disney/Marvel.
La calidad ha sido variada, desde películas menores pero divertidas como “Venom” y su secuela, hasta fracasos estrepitosos y generadores de memes como “Morbius”. Por lo que las expectativas para un filme tan poco atractivo como “Madame Web” eran bastante bajas tanto para los amantes del cine de superhéroes, como para el público general ya hastiado del género. No obstante, no todo es tan malo como parece.
Ambientada en 2003, la cinta nos presenta la historia de origen de Cassandra Web (Dakota Johnson), una paramédica de Nueva York que tras sufrir un accidente en una ambulancia, comienza a tener visiones y poderes de clarividencia. Uno de esos chispazos del futuro la llevan hasta tres adolescentes muy diferentes entre sí y sin relación alguna, que están siendo acechadas por un extraño personaje que trepa las paredes y tiene superfuerza. Cassandra las acogerá como sus protegidas, las ayudará a sobrevivir a esta amenaza y -al mismo tiempo- intentarán entender porqué el destino las unió.
A pesar de tener un guión enrevesado, un inicio lento y algo aburrido, efectos especiales pobres más propios de una serie de televisión, un villano genérico (pero con una motivación interesante), escenas inverosímiles y actuaciones de manual, la verdad es que la película dirigida por S. J. Clarkson es un proyecto divertido que va mejorando a medida que avanza la historia. Mientras Cassandra va experimentando sus nuevos poderes y puede ver el futuro, la cinta entra en un tono casi de horror, similar a “Destino Final”, pero en el que ella evitará las terribles muertes. Un recurso original, que podría haber sido mejor utilizado, pero que será clave para detener al villano de turno.
Por otro lado, los dos temas más importantes de la cinta son el destino y la maternidad. A lo largo de toda la historia la figura materna y protectora se hace presente, a través de la madre de Cassandra, el parto de Mary Parker (la madre de Peter) y, por supuesto, en la propia figura de Madame Web que acoge a este trío adolescente, antes de convertirse en las poderosas Spider-Womens. En el caso del destino, el villano Ezequiel Sims, interpretado por Tahar Rahim, sueña cada noche que será asesinado por tres mujeres poderosas, por lo que su motivación para eliminar a estas adolescentes será evitar su propia muerte. Aunque más allá de eso, su personaje es plano, vago y genérico.
Respecto al trío juvenil compuesto por Sydney Sweeney, Celeste O'Connor e Isabela Merced, la verdad es que podrían haber dado más de sí, porque en general tienen bastante química y potencial para una supuesta cinta de cómo llegaron a convertirse en heroínas. Lamentablemente, debido al pésimo recibimiento de la crítica, es posible que el mundo creado para Web y sus chicas no vuelvan a ver la pantalla grande. De hecho, no hay una escena post-créditos que avecine una continuación o algún lazo con el Spider-Man de Tom Holland, aunque nunca se sabe lo que depara el futuro.
“Madame Web” es una cinta más dentro del vasto océano que compone el género de superhéroes, con pocas virtudes y un montón de fallos que las opacan. Sus incoherencias argumentales, malos efectos digitales, incontables placements y un villano débil la hacen parecer un producto vacío y desechable, sin embargo tiene buenas intenciones y cumple con su objetivo de entretener.
Quizás su mayor problema sea un público agotado de este tipo de cine y que entra a las salas predispuesto a odiar todo lo nuevo que brota de él. Puede que sea hora de dejar las tiras cómicas de lado y que Hollywood vuelva a enfocarse en las novelas como fuente de inspiración.
Ya está disponible en salas nacionales.
