Hugh Grant hace rato viene demostrando que es mucho más que el galán de las películas románticas de los años 90 y de comienzos de los 2000. Ahora, está próximo a aterrizar en la cartelera con una cinta de terror que ya está dando mucho de que hablar, se trata deHereje, dirigida por Scott Beck y Bryan Woods. Incluso, algunos críticos, ya comentan que el histrión británico merece una que otra nominación como mejor actor en la próxima temporada de premios. En Hereje conoceremos a dos jóvenes misioneras que, tras llamar a la puerta equivocada, son recibidas por un extraño hombre (Grant), para quedar atrapadas en una trampa mortal, que pondrá a prueba toda su fe. La cinta producida por A24 llegará a los cines chilenos el próximo 5 de diciembre. Revisa su tráiler, a continuación.
Al hablar de cine italiano, por lo general, se vienen a la mente nombres como Dario Argento, Mario Bava o Lucio Fulci, quizás los tres exponentes más importantes del género fantástico en el país europeo. Sin embargo, hay un montón de realizadores que también pusieron su grano de arena al momento de crear películas de terror únicas y emblemáticas, como Michele Soavi, por ejemplo, quien no es demasiado conocido fuera del círculo de aficionados, pero a lo largo de su carrera ha dejado algunos títulos dignos de recordar como “La Chiesa” o “The Church”. Producida en 1989 por el propio Argento, la segunda película de Soavi como director (luego de varios años trabajando como asistente para él y Joe D’Amato) se trata de un relato gótico con posesiones demoníacas, que tiene gran parentesco con los “Demons” de Lamberto Bava, pero tiene ciertas virtudes que la destacan por sí sola, convirtiéndola en una fascinante pieza de culto. Como todo buen cuento gótico, la película comienza en plena Edad Media, donde un grupo de Caballeros Teutones entran a un poblado para masacrar a sus habitantes, supuestas brujas y adoradores del diablo. Luego de la matanza, los cuerpos son enterrados en una fosa común sobre la cual se erigirá una catedral, como una especie de barrera frente a las fuerzas malignas. Posteriormente, la cinta se traslada hasta los tiempos actuales, donde el bibliotecario de la catedral, Evan, llega a su primer día de trabajo. Allí conoce a Lisa, una artista que supervisa la restauración de los elaborados frescos de la iglesia. Cuando Evan decide explorar las catacumbas de la catedral, accidentalmente desata la maldad en el lugar. Con una gran imaginación escénica, bestiales escenas de violencia gráfica, actuaciones decentes, y la excéntrica banda sonora a cargo de Keith Emerson (el aclamado músico británico de Emerson, Lake and Palmer), en general se trata de una más que notable muestra de horror italiano, de impecable factura (a pesar de algunos efectos demasiado artesanales), y sumamente entretenida, que además de tener una atractiva historia de terror, también profundiza en temas “serios”, como las brutalidades de la Edad Media. La película sorprende por su rica y variada gama de propuestas: tiene escenas poéticas y oníricas, que anuncian el apocalipsis de manera sutil, hermosa y a la vez horrible; también tiene gore del bueno, con destripamientos y empalamientos; y por supuesto, también hay humor negro. Soavi, por su parte, hace uso de una vibrante dirección, poniendo a prueba lo aprendido junto a Argento, para crear una cinta auténtica. Otras de sus películas notables son su ópera prima “Stage Fright” , “La Secta” y especialmente, “Cemetery Man” , quizás su trabajo más célebre. Lamentablemente, a mediados de los 90 el cineasta decidió retirarse para cuidar a su hijo enfermo y su carrera en el cine se diluyó. Todo un clásico de culto para disfrutar esta Noche de Brujas.
Sin dudas, Carlos Enrique Taboada fue uno de los grandes maestros del terror mexicano, realizador de grandes filmes como “El Libro de Piedra”, “Hasta el Viento Tiene Miedo” y “Más Negro que la Noche”, y es de esta última producción sobre la cual nos vamos a detener. Cuatro icónicas actrices aztecas, quienes se convertirían luego en grandes divas de las telenovelas, protagonizaron esta historia que, sin muchos efectos, logra causar bastante susto, se trata de Claudia Islas (Corazón Salvaje, Marisol), Susana Dosamantes (Morir para Vivir, Eva Luna), Helena Rojo (Gente Bien, El Privilegio de Amar) y la gran Lucía Méndez (La Colorina, Tú o Nadie). En “Más Negro que la Noche”, un grupo de amigas se va a vivir juntas a una antigua y lujosa casa que ha heredado Ofelia (Islas), una de ellas, por parte de una tía fastidiosa a la que no veía hace años. La única condición para recibir el inmueble es cuidar de Becker, el fiel gato negro de la fallecida Susana, el único ser que realmente amaba la anciana. A Ofelia le da igual el gato, no es problema para ella tenerlo en casa, pero para sus amigas Marta (Méndez), Pilar (Rojo) y Aurora (Dosamantes), si es motivo de incomodidad. En un principio todo va relativamente bien en la mansión. Una que otra cosa rara de pronto las inquieta, en especial cuando algo le ocurre a Becker, pero les son más insoportables las reglas de la estricta ama de llaves, quien siempre les recuerda cuáles son las bases con las que vivía la tía Susana. Pero luego de la sorpresiva muerte del gato todo empeora para las muchachas. Los ruidos extraños, las visiones fantasmales, no las dejarán vivir en paz, mientras que de a poco el miedo se apoderará de ellas. En esta película, el buen tratamiento de la atmósfera, sin sangre, sin escenas de sobresaltos, logra traspasar perfectamente al espectador la situación paranormal aterradora que viven estas amigas, porque, después de todo, desde el más allá Susana sigue rigiendo su casa. Uno de los puntos destacados de esta película, que ha sido alabada tanto por el público como por la crítica, es la profundidad de sus temáticas, no sólo es el asustar por asustar. A través de los ojos de sus protagonistas se habla de la amistad, del empoderamiento femenino, el duelo y de cómo enfrentar los miedo. Existe un penoso remake de “Más Negro que la Noche” realizado en 2014, el que intento darle un nuevo giro a la trama, convirtiéndola en un completo desastre.
The Boy (El Niño) es una película estadounidense del año 2016, dirigida por William Brent Bell y protagonizada por Lauren Cohan (la popular Maggie de la serie The Walking Dead), en la cual interpreta a Greta, una joven que viaja hasta Inglaterra para trabajar como niñera. Una vez que esta llega a su nuevo lugar de trabajo, una casa antigua, habitada por una pareja de la tercera edad, estos le encomiendan el cuidado de su pequeño hijo Brahms, indicándole una serie de reglas que le suplican cumpla a cabalidad. Hasta ahí no hay nada raro, hasta que le presentan al niño, quien resulta ser un muñeco. La protagonista cumple la extraña labor de cuidar al muñeco como si fuera un ser humano, pero todo comienza a cambiar cuando los dueños de casa se van de viaje. Desde ese minuto, la joven Greta no se ve obligada a cumplir con los estrictos cuidados a Brahms, pero comienza a sentir que no está sola, que el muñeco tiene vida. Inicia así un verdadero acoso a la cuidadora que, poco a poco, intenta dilucidar que es lo que está pasando en realidad. The Boy es una película de misterio con escenas de terror bien construidas que no devela el enigma sino hasta el final, además de contar con muchas escenas donde la tensión y la sorpresa invaden al espectador. Es una película corta (un poco más de una hora y media), pero que entretiene. Y sale de los cánones de la típica cinta en donde lo sobrenatural agobia a los protagonistas, muy de moda en muchas producciones cinematográficas de este comienzo de siglo, por lo cual te la recomiendo para este Halloween. Disponible en Netflix y en Prime Video, en esta última plataforma sólo está para arriendo.
Canadá es ampliamente reconocido como uno de los mejores países para vivir en el mundo, con una calidad de vida excepcional. Sin embargo, por alguna extraña razón, también son el lugar de origen de algunos de los slashers ochenteros más siniestros de la historia del cine de terror. Black Christmas (1974), My Bloody Valentine (1981), Curtains (1983), Terror Train (1980) o Prom Night (1980), son algunos de los títulos que nos ha dejado el país de la miel de maple, y este año bajo la dirección de Chris Nash, acaba de aterrizar a las salas de cine chilenas, “ Asesino por Naturaleza ” ( In a Violent Nature), una cinta que pretende “darle una vuelta” al género. La gran diferencia de los slashers tradicionales, donde seguimos a un grupo de adolescentes sexualmente activos que son asesinados poco a poco por el villano de turno, acá Nash nos pone en los zapatos de Johnny, una suerte de Jason Voorhees que, cada cierto tiempo resurge de los muertos, para comenzar una oleada de muertes por el bosque clamando venganza. A lo largo de todo el filme, la cámara sigue a Johnny en sus eternas y silenciosas caminatas cruzando hermosos senderos, hasta que logra encontrar a alguna de sus víctimas, la que será asesinada de la peor forma posible. La película a primera vista, parece una nueva versión intelectual de Friday the 13th (1980), con todos sus elementos típicos, como el campamento de verano, los adolescentes, el asesino y su máscara correspondiente, las diferentes armas y las brutales muertes. No obstante, la forma de narrar los sucesos cambia, para darnos una experiencia inusual y sensorial, más similar a una cinta de Gus Van Sant o Terrence Malick. Y aunque, realmente el largometraje carece de una gran historia o personajes, posee una cuidada atmósfera, fotografía y un impecable trabajo de sonido. Además, contiene algunas muertes muy bien ejecutadas con increíbles efectos prácticos, aunque tampoco son algo que “jamás hemos visto”, como algunos han hecho parecer. Otra de las cosas interesantes de “Asesino por Naturaleza” es cómo nos vamos informando del pasado trágico de Johnny, gracias a los pequeños datos que van contando los personajes secundarios. Así sabremos que, al igual que otros villanos del género, sufrió una muerte traumática de niño y que no es la primera vez que una matanza de este tipo ocurre, lo que hace parecer como si estuviéramos presenciando una secuela de una larga saga que jamás existió. Lamentablemente, aunque la idea en papel puede parecer sumamente atractiva, en su esfuerzo por “reinventar el género”, las arriesgadas decisiones de dirección de Nash hacen que el conjunto final pierda fuerza y caiga en el tedio por momentos, porque a diferencia de “ Elephant ” de Van Sant, la historia que nos quiere contar el director no es tan atractiva, ni mucho menos original. Es cierto, el lenguaje documental permite capturar planos innovadores para un género tan vilipendiado como el slasher, pero al mismo tiempo quita emoción y las larguísimas escenas terminan por aburrir, por lo que al final poco nos importa lo que le pueda pasar a los personajes o a la final girl de turno. Por otro lado, la película tiene muchos errores de continuidad, y decisiones algo absurdas de los personajes, aunque eso podría ser un guiño al género, y a los adolescentes tarados que las protagonizan. Eso sí, a pesar de que para algunos puede ser incluso una experiencia hasta cansina, es valorable el esfuerzo que se ha hecho con este filme. De hecho, su éxito ya hizo que el director confirmara la producción de una secuela (quizás innecesaria) para el próximo año. Esperemos que Nash aprenda de sus falencias y pueda expandir el mito del monstruo. Ya está en cines chilenos.
Hugh Grant hace rato viene demostrando que es mucho más que el galán de las películas románticas de los años 90 y de comienzos de los 2000. Ahora, está próximo a aterrizar en la cartelera con una cinta de terror que ya está dando mucho de que hablar, se trata deHereje, dirigida por Scott Beck y Bryan Woods. Incluso, algunos críticos, ya comentan que el histrión británico merece una que otra nominación como mejor actor en la próxima temporada de premios. En Hereje conoceremos a dos jóvenes misioneras que, tras llamar a la puerta equivocada, son recibidas por un extraño hombre (Grant), para quedar atrapadas en una trampa mortal, que pondrá a prueba toda su fe. La cinta producida por A24 llegará a los cines chilenos el próximo 5 de diciembre. Revisa su tráiler, a continuación.
Al hablar de cine italiano, por lo general, se vienen a la mente nombres como Dario Argento, Mario Bava o Lucio Fulci, quizás los tres exponentes más importantes del género fantástico en el país europeo. Sin embargo, hay un montón de realizadores que también pusieron su grano de arena al momento de crear películas de terror únicas y emblemáticas, como Michele Soavi, por ejemplo, quien no es demasiado conocido fuera del círculo de aficionados, pero a lo largo de su carrera ha dejado algunos títulos dignos de recordar como “La Chiesa” o “The Church”. Producida en 1989 por el propio Argento, la segunda película de Soavi como director (luego de varios años trabajando como asistente para él y Joe D’Amato) se trata de un relato gótico con posesiones demoníacas, que tiene gran parentesco con los “Demons” de Lamberto Bava, pero tiene ciertas virtudes que la destacan por sí sola, convirtiéndola en una fascinante pieza de culto. Como todo buen cuento gótico, la película comienza en plena Edad Media, donde un grupo de Caballeros Teutones entran a un poblado para masacrar a sus habitantes, supuestas brujas y adoradores del diablo. Luego de la matanza, los cuerpos son enterrados en una fosa común sobre la cual se erigirá una catedral, como una especie de barrera frente a las fuerzas malignas. Posteriormente, la cinta se traslada hasta los tiempos actuales, donde el bibliotecario de la catedral, Evan, llega a su primer día de trabajo. Allí conoce a Lisa, una artista que supervisa la restauración de los elaborados frescos de la iglesia. Cuando Evan decide explorar las catacumbas de la catedral, accidentalmente desata la maldad en el lugar. Con una gran imaginación escénica, bestiales escenas de violencia gráfica, actuaciones decentes, y la excéntrica banda sonora a cargo de Keith Emerson (el aclamado músico británico de Emerson, Lake and Palmer), en general se trata de una más que notable muestra de horror italiano, de impecable factura (a pesar de algunos efectos demasiado artesanales), y sumamente entretenida, que además de tener una atractiva historia de terror, también profundiza en temas “serios”, como las brutalidades de la Edad Media. La película sorprende por su rica y variada gama de propuestas: tiene escenas poéticas y oníricas, que anuncian el apocalipsis de manera sutil, hermosa y a la vez horrible; también tiene gore del bueno, con destripamientos y empalamientos; y por supuesto, también hay humor negro. Soavi, por su parte, hace uso de una vibrante dirección, poniendo a prueba lo aprendido junto a Argento, para crear una cinta auténtica. Otras de sus películas notables son su ópera prima “Stage Fright” , “La Secta” y especialmente, “Cemetery Man” , quizás su trabajo más célebre. Lamentablemente, a mediados de los 90 el cineasta decidió retirarse para cuidar a su hijo enfermo y su carrera en el cine se diluyó. Todo un clásico de culto para disfrutar esta Noche de Brujas.
Sin dudas, Carlos Enrique Taboada fue uno de los grandes maestros del terror mexicano, realizador de grandes filmes como “El Libro de Piedra”, “Hasta el Viento Tiene Miedo” y “Más Negro que la Noche”, y es de esta última producción sobre la cual nos vamos a detener. Cuatro icónicas actrices aztecas, quienes se convertirían luego en grandes divas de las telenovelas, protagonizaron esta historia que, sin muchos efectos, logra causar bastante susto, se trata de Claudia Islas (Corazón Salvaje, Marisol), Susana Dosamantes (Morir para Vivir, Eva Luna), Helena Rojo (Gente Bien, El Privilegio de Amar) y la gran Lucía Méndez (La Colorina, Tú o Nadie). En “Más Negro que la Noche”, un grupo de amigas se va a vivir juntas a una antigua y lujosa casa que ha heredado Ofelia (Islas), una de ellas, por parte de una tía fastidiosa a la que no veía hace años. La única condición para recibir el inmueble es cuidar de Becker, el fiel gato negro de la fallecida Susana, el único ser que realmente amaba la anciana. A Ofelia le da igual el gato, no es problema para ella tenerlo en casa, pero para sus amigas Marta (Méndez), Pilar (Rojo) y Aurora (Dosamantes), si es motivo de incomodidad. En un principio todo va relativamente bien en la mansión. Una que otra cosa rara de pronto las inquieta, en especial cuando algo le ocurre a Becker, pero les son más insoportables las reglas de la estricta ama de llaves, quien siempre les recuerda cuáles son las bases con las que vivía la tía Susana. Pero luego de la sorpresiva muerte del gato todo empeora para las muchachas. Los ruidos extraños, las visiones fantasmales, no las dejarán vivir en paz, mientras que de a poco el miedo se apoderará de ellas. En esta película, el buen tratamiento de la atmósfera, sin sangre, sin escenas de sobresaltos, logra traspasar perfectamente al espectador la situación paranormal aterradora que viven estas amigas, porque, después de todo, desde el más allá Susana sigue rigiendo su casa. Uno de los puntos destacados de esta película, que ha sido alabada tanto por el público como por la crítica, es la profundidad de sus temáticas, no sólo es el asustar por asustar. A través de los ojos de sus protagonistas se habla de la amistad, del empoderamiento femenino, el duelo y de cómo enfrentar los miedo. Existe un penoso remake de “Más Negro que la Noche” realizado en 2014, el que intento darle un nuevo giro a la trama, convirtiéndola en un completo desastre.
The Boy (El Niño) es una película estadounidense del año 2016, dirigida por William Brent Bell y protagonizada por Lauren Cohan (la popular Maggie de la serie The Walking Dead), en la cual interpreta a Greta, una joven que viaja hasta Inglaterra para trabajar como niñera. Una vez que esta llega a su nuevo lugar de trabajo, una casa antigua, habitada por una pareja de la tercera edad, estos le encomiendan el cuidado de su pequeño hijo Brahms, indicándole una serie de reglas que le suplican cumpla a cabalidad. Hasta ahí no hay nada raro, hasta que le presentan al niño, quien resulta ser un muñeco. La protagonista cumple la extraña labor de cuidar al muñeco como si fuera un ser humano, pero todo comienza a cambiar cuando los dueños de casa se van de viaje. Desde ese minuto, la joven Greta no se ve obligada a cumplir con los estrictos cuidados a Brahms, pero comienza a sentir que no está sola, que el muñeco tiene vida. Inicia así un verdadero acoso a la cuidadora que, poco a poco, intenta dilucidar que es lo que está pasando en realidad. The Boy es una película de misterio con escenas de terror bien construidas que no devela el enigma sino hasta el final, además de contar con muchas escenas donde la tensión y la sorpresa invaden al espectador. Es una película corta (un poco más de una hora y media), pero que entretiene. Y sale de los cánones de la típica cinta en donde lo sobrenatural agobia a los protagonistas, muy de moda en muchas producciones cinematográficas de este comienzo de siglo, por lo cual te la recomiendo para este Halloween. Disponible en Netflix y en Prime Video, en esta última plataforma sólo está para arriendo.
Canadá es ampliamente reconocido como uno de los mejores países para vivir en el mundo, con una calidad de vida excepcional. Sin embargo, por alguna extraña razón, también son el lugar de origen de algunos de los slashers ochenteros más siniestros de la historia del cine de terror. Black Christmas (1974), My Bloody Valentine (1981), Curtains (1983), Terror Train (1980) o Prom Night (1980), son algunos de los títulos que nos ha dejado el país de la miel de maple, y este año bajo la dirección de Chris Nash, acaba de aterrizar a las salas de cine chilenas, “ Asesino por Naturaleza ” ( In a Violent Nature), una cinta que pretende “darle una vuelta” al género. La gran diferencia de los slashers tradicionales, donde seguimos a un grupo de adolescentes sexualmente activos que son asesinados poco a poco por el villano de turno, acá Nash nos pone en los zapatos de Johnny, una suerte de Jason Voorhees que, cada cierto tiempo resurge de los muertos, para comenzar una oleada de muertes por el bosque clamando venganza. A lo largo de todo el filme, la cámara sigue a Johnny en sus eternas y silenciosas caminatas cruzando hermosos senderos, hasta que logra encontrar a alguna de sus víctimas, la que será asesinada de la peor forma posible. La película a primera vista, parece una nueva versión intelectual de Friday the 13th (1980), con todos sus elementos típicos, como el campamento de verano, los adolescentes, el asesino y su máscara correspondiente, las diferentes armas y las brutales muertes. No obstante, la forma de narrar los sucesos cambia, para darnos una experiencia inusual y sensorial, más similar a una cinta de Gus Van Sant o Terrence Malick. Y aunque, realmente el largometraje carece de una gran historia o personajes, posee una cuidada atmósfera, fotografía y un impecable trabajo de sonido. Además, contiene algunas muertes muy bien ejecutadas con increíbles efectos prácticos, aunque tampoco son algo que “jamás hemos visto”, como algunos han hecho parecer. Otra de las cosas interesantes de “Asesino por Naturaleza” es cómo nos vamos informando del pasado trágico de Johnny, gracias a los pequeños datos que van contando los personajes secundarios. Así sabremos que, al igual que otros villanos del género, sufrió una muerte traumática de niño y que no es la primera vez que una matanza de este tipo ocurre, lo que hace parecer como si estuviéramos presenciando una secuela de una larga saga que jamás existió. Lamentablemente, aunque la idea en papel puede parecer sumamente atractiva, en su esfuerzo por “reinventar el género”, las arriesgadas decisiones de dirección de Nash hacen que el conjunto final pierda fuerza y caiga en el tedio por momentos, porque a diferencia de “ Elephant ” de Van Sant, la historia que nos quiere contar el director no es tan atractiva, ni mucho menos original. Es cierto, el lenguaje documental permite capturar planos innovadores para un género tan vilipendiado como el slasher, pero al mismo tiempo quita emoción y las larguísimas escenas terminan por aburrir, por lo que al final poco nos importa lo que le pueda pasar a los personajes o a la final girl de turno. Por otro lado, la película tiene muchos errores de continuidad, y decisiones algo absurdas de los personajes, aunque eso podría ser un guiño al género, y a los adolescentes tarados que las protagonizan. Eso sí, a pesar de que para algunos puede ser incluso una experiencia hasta cansina, es valorable el esfuerzo que se ha hecho con este filme. De hecho, su éxito ya hizo que el director confirmara la producción de una secuela (quizás innecesaria) para el próximo año. Esperemos que Nash aprenda de sus falencias y pueda expandir el mito del monstruo. Ya está en cines chilenos.