Maradona: de futbolista a icono de culto
Se mezcló con la política, la farándula e incluso llegó a ser Dios en su propia iglesia. Así fueron las múltiples caras del argentino que dejó en luto a miles de fanáticos.
Si se habla de Diego Armando Maradona, no se puede separar al futbolista de la política, de los excesos, las drogas, la farándula, e incluso, la religión. Un personaje tan mediático como polémico, hoy considerado un mito al mismo nivel que Eva Perón y Carlos Gardel.
Comencemos con la religión: lo que partió como una parodia de sus fanáticos, se transformó en devoción. El 30 de octubre de 1998, se fundó en Rosario la Iglesia Maradoniana, una institución que empezó a reunir a cientos de seguidores en torno al futbol, con Maradona como Dios.
La iglesia comenzó a crecer a tal punto que llegó a países como España, Alemania y Japón. Según su propia página web, la idea es “mantener vigente la pasión y la magia con la que nuestro Dios jugó al futbol”. En el sitio también detalla que la fecha más importante para sus fieles es la noche buena y navidad Maradoniana, que se festeja el 29 y 30 de octubre bebiendo sidra, pan dulce y abriendo regalos.
Quizás una locura o rareza para muchos, pero que actualmente tiene más de 40 mil fieles en todo el mundo.
POLÍTICA, FARÁNDULA Y EXCESOS
Siempre camino por el lado de la izquierda, de hecho, es más que anecdótico que su muerte fuera el mismo día en el que falleció Fidel Castro, a quién llamó su “segundo padre”. Esta relación se afianzó cuando en el 2000 Madarona se instaló en Cuba para recuperarse de su adicción a las drogas. Y fueron los excesos el lado más negro de su historia.
Fiestas con cocaína, un hijo no reconocido, denuncias de pedofilia y violencia contra la mujer, fueron parte de las polémicas. De hecho, varios usuarios en redes sociales recordaron estos datos el día de su muerte, que coincide con el “Día Internacional de la Violencia contra la Mujer”.
El 2014, se hizo viral un video donde el ex futbolista aparecía agrediendo a su novia Rocío Oliva, en evidente estado de ebriedad. En ese momento, Maradona se defendió señalando “juro por mis hijos que jamás le levanté la mano a una mujer”.
Así se fue Diego Armando Maradona. Una figura de múltiples caras, despreciado por muchos y alabado por quienes hoy lo despiden como un personaje de culto.