"El Menú": bienvenidos a una cena exquisitamente perturbadora
La cinta que mezcla la comedia negra con el thriller, protagonizada por Anya Taylor-Joy y Ralph Fiennes, está disponible en cines nacionales.
“El Menú” es de esas películas difíciles de calificar, que te mantienen atento y pensando en todo momento. Es un thriller que coquetea con el terror, pero también es una comedia ácida que nos habla de la perfección, de la lucha de clases, de las absurdas excentricidades de los ricos y famosos, y -por supuesto- de la cultura foodie como una manera de arribismo.
La trama se desarrolla en un exclusivo restaurante, el Hawthorne, ubicado en una solitaria isla, comandado por el excéntrico chef Julian Slowik (Ralph Fiennes). Él es una suerte de gurú de la cocina de alta categoría, un rupturista, seguido ciegamente por su séquito de jóvenes cocineros y de maîtres capaces de -literalmente- dar todo por brindar la mejor experiencia a los comensales. Para ir a comer a este minimalista y sofisticado restaurante que cuesta 1.250 dólares por persona, se pueden pasar meses en lista de espera, aguardando por una mesa, o simplemente jamás calificar.
En esta especial velada que presenciamos a lo largo de la cinta, el joven entusiasta y fanático de la cocina de Slowik, Tyler (Nicholas Hoult), invita a Margot Mills (Anya Taylor-Joy) a la cena. Ella se muestra poco receptiva a la ostentosa degustación que ofrece el lugar, no encaja en el fino grupo, y el chef parece notarlo y le incomóda. Además de ellos, 10 personas se encuentran en la lista de invitados del día, entre ellos un actor venido a menos (John Leguizamo), una mujer mayor de sociedad (Judith Light) y su frío esposo (Reed Birney), un critica gastronómica (Janet Mc Teer) y su editor (Paul Adelstein). Todos de dinero, con buena posición social y uno que otro secreto por esconder.
A medida de que se suceden los platos, las experiencias se van tornando más intensas y personales para los comensales, quienes no sólo pagarán caro por degustar cada pieza del menú, sino por cada vez que han utilizado su posición y dinero para hundir a alguien más. Los cazadores se convierten en la tiernas ovejas del rebaño, listas para ser sacrificadas y limpiar los pecados.
Claustrofóbica, incómoda, teatral, metafórica, con actuaciones realmente sobresalientes, especialmente por parte de Ralph Fiennes, quien está soberbio en su papel, sólo con pequeños gestos, miradas y forma de hablar, estremece.
Para el espectador, ver "El Menú" también es una experiencia, sobre todo a la hora del clímax, o mejor dicho, del postre.