Joy de Ben Taylor y original de Netflix Reino Unido, es una película basada en un hecho real sobre un importante triunfo de la ciencia, que no hubiera sido posible sin la perseverancia y coraje de tres personas: el científico Robert Edwards ( James Norton), el cirujano Patrick Steptoe ( Bill Nighy) y de la enfermera y embrióloga, Jean Purdy ( Thomasin McKenzie), una figura que no siempre tuvo el merecido reconocimiento en esta historia. A pesar de que esta cinta a ratos tiene un ritmo algo plano, de todas formas es cautivante, ya que su trama nos presenta una hazaña médica digna de contar. Entre 1968 y 1978, Jean, Patrick y Robert debieron unir fuerzas, contra todos, para lograr lo que hasta ese momento era un imposible en materia reproductiva, dar una esperanza a parejas con problemas de fertilidad. Para ello, tuvieron que sortear todo tipo de problemas de índole familiar, académicos, financieros y con la iglesia católica. Por supuesto, también se aborda el tema de la maternidad. La presión social que existe sobre las mujeres al respecto, más en esa época. Quienes participaron en los ensayos de este equipo fueron señaladas por practicarse una fecundación in vitro. El nacimiento de Louise Joy Brown en julio del 78, la primera ´bebé de probeta´, marco un antes y un después en el mundo de la medicina reproductiva y en la vida de los científicos que lucharon por hacer de la fecundación in vitro una opción real y segura para traer niños al mundo. Lamentablemente, sólo Edwards pudo recibir en 2010 el Premio Nobel de Medicina, pues para ese año tanto Purdy, como Steptoe habían fallecido.
Joy de Ben Taylor y original de Netflix Reino Unido, es una película basada en un hecho real sobre un importante triunfo de la ciencia, que no hubiera sido posible sin la perseverancia y coraje de tres personas: el científico Robert Edwards ( James Norton), el cirujano Patrick Steptoe ( Bill Nighy) y de la enfermera y embrióloga, Jean Purdy ( Thomasin McKenzie), una figura que no siempre tuvo el merecido reconocimiento en esta historia. A pesar de que esta cinta a ratos tiene un ritmo algo plano, de todas formas es cautivante, ya que su trama nos presenta una hazaña médica digna de contar. Entre 1968 y 1978, Jean, Patrick y Robert debieron unir fuerzas, contra todos, para lograr lo que hasta ese momento era un imposible en materia reproductiva, dar una esperanza a parejas con problemas de fertilidad. Para ello, tuvieron que sortear todo tipo de problemas de índole familiar, académicos, financieros y con la iglesia católica. Por supuesto, también se aborda el tema de la maternidad. La presión social que existe sobre las mujeres al respecto, más en esa época. Quienes participaron en los ensayos de este equipo fueron señaladas por practicarse una fecundación in vitro. El nacimiento de Louise Joy Brown en julio del 78, la primera ´bebé de probeta´, marco un antes y un después en el mundo de la medicina reproductiva y en la vida de los científicos que lucharon por hacer de la fecundación in vitro una opción real y segura para traer niños al mundo. Lamentablemente, sólo Edwards pudo recibir en 2010 el Premio Nobel de Medicina, pues para ese año tanto Purdy, como Steptoe habían fallecido.