Buenas actuaciones, planos interesantes y una trama cautivadora, son algunos de los ingredientes que escogió Sébastien Tulard para crear su ópera prima “Azúcar y estrellas” , película que narra la historia de superación personal de Yazid Ichemrahen . Mientras el director se sumergía en la vida real del destacado chef que se convirtió en el mejor repostero del mundo con solo 22 años, se olvidó de un elemento clave: darle emoción al relato. Esto es un error, porque hace que la narración sea plana e insípida y que los espectadores no conecten totalmente con el protagonista. A pesar de esta carencia el largometraje no se considera malo, funciona, por algo ha cruzado fronteras, pero resulta más informativo que motivacional, es decir, no es de esos films que al terminar de verlos uno siente que puede conseguir todo lo que se proponga. Durante la película se cuenta la historia del joven de origen marroquí alternando escenas de su infancia, adolescencia y adultez. En ellas se ve que Yazid crece en centros de menores y con una familia de acogida - que le heredó el gusto por la repostería - porque su madre nunca pudo cuidarlo, ya que tenía problemas de alcoholismo. Gracias a su esfuerzo, audacia y disciplina el muchacho encuentra trabajo en el restaurante del reconocido chef Massena. Para poder formarse con él viaja 180 kilómetros diarios, pero no le importa con tal de ser su aprendiz. Más tarde el protagonista encuentra empleo en un hotel de la Costa Azul. Todos los días después de su jornada laboral se queda en la cocina perfeccionando sus creaciones, porque quiere participar en un concurso de chocolatería, cuyo ganador se convertirá en miembro de la delegación nacional que representará a Francia en la competencia mundial. Justo cuando se acerca la fecha del torneo lo echan del trabajo. Esto empeora el panorama y su situación económica ya era compleja. De hecho, dormía en la playa, porque todo su sueldo era retenido por un préstamo que pidió en el banco. Lo que más le duele de su despido es que se queda sin un lugar para practicar, pero se las ingenia y consigue apoyo de un empresario, quien le dará empleo si se convierte en el mejor repostero del orbe. Después de triunfar en la versión local, el joven trabaja como nunca para brillar en la competencia internacional de repostería sobre hielo. Cada sacrificio vale la pena, porque Yazid hace historia al convertirse en el campeón más joven del mundo de todos los concursos de pastelería. Gracias a esta hazaña hoy el destacado chef es consultor de los restaurantes más famosos del planeta. Ojalá muchos niños, jóvenes y adultos puedan conocer a través de la cinta “Azúcar y estrellas” la potente historia de superación de Yazid Ichemrahen que muestra que nuestro origen no determina qué tan lejos podemos llegar, porque con disciplina y trabajo duro los sueños se pueden cumplir, aunque a veces parezca imposible. El actor e influencer Riadh Belaïche encarnó al protagonista. Este papel fue su debut en la pantalla grande. Su trabajo fue bueno, pero si el guion hubiese tenido más fuerza su interpretación habría conectado más con los espectadores. El cineasta lamentablemente perdió la oportunidad de hacer una película que marcara la diferencia. “Azúcar y estrellas” habría sido mucho más conmovedora si hubiese transmitido la frustración que sintió el joven cuando lo echaron del prestigioso hotel donde trabajaba, la impotencia que lo embargó luego de que se rompiera su proyecto de chocolatería y la decepción que tuvo al ver que su madre no estaba cuando la necesitaba. Solo en el concurso donde el chef disputó el título de mejor repostero del mundo, hubo un viaje de emociones en la vida real, pero en la cinta faltó suspenso, tensión y la felicidad desbordante que sintió Yazid cuando lo coronaron como ganador. Sin duda, el director tenía una materia prima de muy buena calidad, pero no le sacó provecho, porque le faltó la sazón o si lo llevamos al mundo de la pastelería el dulzor esperado. Además, el largometraje tiene varias alteraciones temporales que afectan el curso del relato, ya que no queda claro cuál es el orden de los hechos. Si bien la cinta no le hace justicia a la historia real del protagonista, porque no está muy bien contada, y al terminar de verla uno queda con gusto a poco y con la sensación de que merecía una mejor narración, de igual forma se logra transmitir un mensaje inspirador, porque la historia de vida de Yazid es potente por donde se la mire, así que vale la pena verla.
Azúcar y Estrellas es una historia basada en el libro autobiográfico de Yazid Ichemrahen, en el que cuenta como la repostería le salvó la vida. Una película inspiradora sobre la superación personal y el cumplir metas en la vida. Yazid creció con la idea de convertirse en un gran repostero, a pesar de vivir entre centros de adopción y familias de acogida. Pero su fuerza y determinación lo llevaron a trabajar con los mejores chefs del mundo, desde París hasta Mónaco, logrando hacer realidad su sueño contra todo pronóstico. El proyecto surgió de Laurence Lascary y Lahoucine Grimich, quienes encontraron la historia de Yazid a través de un artículo. Compartimos los mismos valores de ascensión y deseo de superación, lo que dio origen a esta hermosa película, comenta el director de esta cinta, Sébastien Tulard sobre esta producción. Estreno el 21 de noviembre en salas de cine chilenas.
Buenas actuaciones, planos interesantes y una trama cautivadora, son algunos de los ingredientes que escogió Sébastien Tulard para crear su ópera prima “Azúcar y estrellas” , película que narra la historia de superación personal de Yazid Ichemrahen . Mientras el director se sumergía en la vida real del destacado chef que se convirtió en el mejor repostero del mundo con solo 22 años, se olvidó de un elemento clave: darle emoción al relato. Esto es un error, porque hace que la narración sea plana e insípida y que los espectadores no conecten totalmente con el protagonista. A pesar de esta carencia el largometraje no se considera malo, funciona, por algo ha cruzado fronteras, pero resulta más informativo que motivacional, es decir, no es de esos films que al terminar de verlos uno siente que puede conseguir todo lo que se proponga. Durante la película se cuenta la historia del joven de origen marroquí alternando escenas de su infancia, adolescencia y adultez. En ellas se ve que Yazid crece en centros de menores y con una familia de acogida - que le heredó el gusto por la repostería - porque su madre nunca pudo cuidarlo, ya que tenía problemas de alcoholismo. Gracias a su esfuerzo, audacia y disciplina el muchacho encuentra trabajo en el restaurante del reconocido chef Massena. Para poder formarse con él viaja 180 kilómetros diarios, pero no le importa con tal de ser su aprendiz. Más tarde el protagonista encuentra empleo en un hotel de la Costa Azul. Todos los días después de su jornada laboral se queda en la cocina perfeccionando sus creaciones, porque quiere participar en un concurso de chocolatería, cuyo ganador se convertirá en miembro de la delegación nacional que representará a Francia en la competencia mundial. Justo cuando se acerca la fecha del torneo lo echan del trabajo. Esto empeora el panorama y su situación económica ya era compleja. De hecho, dormía en la playa, porque todo su sueldo era retenido por un préstamo que pidió en el banco. Lo que más le duele de su despido es que se queda sin un lugar para practicar, pero se las ingenia y consigue apoyo de un empresario, quien le dará empleo si se convierte en el mejor repostero del orbe. Después de triunfar en la versión local, el joven trabaja como nunca para brillar en la competencia internacional de repostería sobre hielo. Cada sacrificio vale la pena, porque Yazid hace historia al convertirse en el campeón más joven del mundo de todos los concursos de pastelería. Gracias a esta hazaña hoy el destacado chef es consultor de los restaurantes más famosos del planeta. Ojalá muchos niños, jóvenes y adultos puedan conocer a través de la cinta “Azúcar y estrellas” la potente historia de superación de Yazid Ichemrahen que muestra que nuestro origen no determina qué tan lejos podemos llegar, porque con disciplina y trabajo duro los sueños se pueden cumplir, aunque a veces parezca imposible. El actor e influencer Riadh Belaïche encarnó al protagonista. Este papel fue su debut en la pantalla grande. Su trabajo fue bueno, pero si el guion hubiese tenido más fuerza su interpretación habría conectado más con los espectadores. El cineasta lamentablemente perdió la oportunidad de hacer una película que marcara la diferencia. “Azúcar y estrellas” habría sido mucho más conmovedora si hubiese transmitido la frustración que sintió el joven cuando lo echaron del prestigioso hotel donde trabajaba, la impotencia que lo embargó luego de que se rompiera su proyecto de chocolatería y la decepción que tuvo al ver que su madre no estaba cuando la necesitaba. Solo en el concurso donde el chef disputó el título de mejor repostero del mundo, hubo un viaje de emociones en la vida real, pero en la cinta faltó suspenso, tensión y la felicidad desbordante que sintió Yazid cuando lo coronaron como ganador. Sin duda, el director tenía una materia prima de muy buena calidad, pero no le sacó provecho, porque le faltó la sazón o si lo llevamos al mundo de la pastelería el dulzor esperado. Además, el largometraje tiene varias alteraciones temporales que afectan el curso del relato, ya que no queda claro cuál es el orden de los hechos. Si bien la cinta no le hace justicia a la historia real del protagonista, porque no está muy bien contada, y al terminar de verla uno queda con gusto a poco y con la sensación de que merecía una mejor narración, de igual forma se logra transmitir un mensaje inspirador, porque la historia de vida de Yazid es potente por donde se la mire, así que vale la pena verla.
Azúcar y Estrellas es una historia basada en el libro autobiográfico de Yazid Ichemrahen, en el que cuenta como la repostería le salvó la vida. Una película inspiradora sobre la superación personal y el cumplir metas en la vida. Yazid creció con la idea de convertirse en un gran repostero, a pesar de vivir entre centros de adopción y familias de acogida. Pero su fuerza y determinación lo llevaron a trabajar con los mejores chefs del mundo, desde París hasta Mónaco, logrando hacer realidad su sueño contra todo pronóstico. El proyecto surgió de Laurence Lascary y Lahoucine Grimich, quienes encontraron la historia de Yazid a través de un artículo. Compartimos los mismos valores de ascensión y deseo de superación, lo que dio origen a esta hermosa película, comenta el director de esta cinta, Sébastien Tulard sobre esta producción. Estreno el 21 de noviembre en salas de cine chilenas.