Un cachorro de pastor chino se aparece en el camino de Chen, quien rápidamente se encariña y lo lleva a casa. Aunque en un principio su esposa no está de acuerdo, poco a poco se irá convirtiendo en uno más de la familia. Así parte “Hachiko 2: siempre a tu lado”, versión china de la historia japonesa de la vida real, que habla sobre el amor que puede llegar a surgir entre un hombre y su mascota, y cómo éste lo espera durante 10 años luego de su muerte. Esta historia nos traslada a un lugar donde la amistad toma un nuevo camino, uno que mezcla a humano y a animal, y que demuestra ser indestructible a pesar del tiempo y de la distancia física, que a veces puede llegar a ser tan dolorosa. Da cuenta del amor inconmensurable que podemos forjar con nuestros queridos perritos y que nos enseña que un hecho circunstancial puede cambiar nuestra vida para siempre y de una hermosa manera. Hasta los más 'duros' pueden enternecerse con un amigo fiel como lo es una mascota, que en este caso es la esposa de Chen, quien pareciera tener cero lazo con Batong, pero que termina por caer rendida a sus encantos y al amor que este perro le profesa a su amo. Si bien es una trama para ver con pañuelos, nos deja un mensaje lleno de alegría y esperanza, al mostrarnos cómo una relación perro/amo puede entregar tanta alegría y cambiar la vida de los involucrados. Los dos hijos de la familia también tendrán importantes participaciones, y harán que se generen ciertos vuelcos en la trama. La hija dejando a Batong en un lugar del que solo querrá escapar y el hijo reconciliándose con su padre a través de éste. Un filme que nos enternece de principio a fin y que nos invita a pensar en que cuando somos queridos nos convertimos en eternidad. Si quieres disfrutar de “Hachiko 2: siempre a tu lado”, la puedes ver en salas de cine del país.
La cineasta inglesa Rose Glass hizo su debut cinematográfico en 2019 con Saint Maud, una cinta de horror psicológico que aborda temas como la fe, el sexo y la muerte, que recibió sendos elogios de la crítica, por su brillante dirección, lograda atmósfera y las actuaciones del elenco. En su nuevo filme, “Amor, Mentiras y Sangre”, Glass también coge elementos de horror, pero los inserta en un sórdido y violento neo-noir erótico, ambientado en un inhospito Nuevo México de 1989. La película se desarrolla en un pueblo olvidado por Dios, donde las miradas se entrecruzan y básicamente todos se conocen. En un pequeño gimnasio encontramos a Lou ( Kristen Stewart), la enigmática trabajadora del local que pasa sus días aburrida y solitaria, siendo vista como un bicho raro por el pueblo. Sin embargo, su vida cambiará tras la llegada de Jackie ( Katy O’Brian), una físico culturista cuyo sueño es ganar un concurso en Las Vegas. A primera vista, parecen ser polos opuestos, pero en medio de la tranquilidad del pueblo, surge una chispa entre ellas, lo que comienza una ardiente relación. Ambas se enamoran y comienzan una alocada relación, pero todo se complicará cuando deban enfrentarse al padre de Lou ( Ed Harris), un aterrador traficante de armas que es dueño del pueblo y a quien ella odia con todo su corazón. Así comenzará una espiral de violencia y traición, donde ambas deberán intentar sobrevivir y -al mismo tiempo- mantener su relación intacta. A simple vista, Glass propone una clásica historia noir, incluso ya vista, con elementos típicos del subgénero “lovers on the run” (como “Asesinos por Naturaleza”, “Bonnie and Clyde” y “Thelma y Louise”), y la completa con una ambientación ochentera, en un pueblo repleto de rednecks, los villanos de turno, la policía corrupta, escenas de sexo y brutales momentos de violencia gráfica. Además, le agrega momentos oníricos, abuso de esteroides y un fascinante soundtrack, como si de un filme Lynchiano se tratase. Y la verdad es que el resultado final funciona, principalmente por su pareja protagonista, y por supuesto, por el impecable trabajo de Ed Harris, que recuerda mucho a su personaje de “Una Historia de Violencia”. Kristen Stewart está muy bien, su evolución como actriz ha sido impresionante a lo largo de los años, no obstante, quien se roba la película por su presencia es O’Brian, que deslumbra con un cuerpo vigoroso y perfectamente trabajado para el filme. Las escenas en el concurso de Las Vegas son algunas de las mejores, pero podría haberse aprovechado mejor. Por otro lado, a pesar de ser una historia que tiene como base un romance homosexual, la película no pretende meter discursos sobre el tema, ni pretende forzar al espectador con un panfleto. Se trata de un mensaje feminista muy bien logrado. Por supuesto, “Amor, Mentiras y Sangre” no está exenta de fallos, especialmente en su tramo final, que se diluye especialmente con una escena en particular, donde Glass decidió tomar un tono mucho más “onírico”, pero que realmente saca al espectador del mood que había generado hasta el momento, y lo vuelve hasta ridículo. Eso sí, se trata de una gran película, un genial entrada para el género neo-noir y, sin duda, una nueva cinta de culto, que posiblemente será mejor valorada con los años. Ya está disponible en salas de cine nacionales.
El británico Alex Garland comenzó su carrera siendo el guionista de “La Playa”, “Exterminio” y “Sunshine”, todas películas dirigidas por Danny Boyle. El salto a la silla de dirección lo tuvo en 2014 con la impresionante cinta de ciencia ficción “Ex Machina”, que sorpresivamente ese año se llevó el Oscar a Mejor Efectos Especiales, superando a “Mad Max: Fury Road”. Tras “Aniquilación” (2018) y el infravalorado thriller psicológico “Men” (2022), el cineasta se unió nuevamente con el estudio A24 para crear “Guerra Civil” (Civil War, 2024) su proyecto más ambicioso hasta la fecha, que sume a Estados Unidos en un brutal conflicto armado, y nos sumerge en un viaje de violencia, locura y destrucción. Ambientada en (¿un futuro cercano?), esta ultraviolenta e hiperrealista película nos pone en los zapatos de tres intrépidos fotoperiodistas, interpretados por Kirsten Dunst, Wagner Moura y Cailee Spaeny, quienes se adentrarán en un arriesgado viaje a través de un país devastado por una explosiva guerra civil. Enfrentándose a peligros inimaginables, el grupo recorrerá miles de kilómetros en búsqueda de su objetivo: documentar la toma de posesión del gobierno y la inevitable muerte del presidente. A pesar de la atractiva premisa del filme, lo cierto es que Garland no profundiza demasiado en el conflicto armado, ni da muchos detalles de lo que pasó en el país para terminar en una debacle social. La cinta se trata más de un viaje por un infierno hecho por el mismo hombre, en el que los protagonistas deben llegar del punto A al B, y durante el trayecto van conociendo distintos personajes, algunos buenos y otros demasiado malos. Podría haber sido cualquier guerra, en cualquier país, porque Garland se preocupa más de sus personajes, su evolución y sus relaciones. Y considerando la situación sociopolítica que vive actualmente Estados Unidos, Garland toma la sabia decisión de no tomar ningún bando y centrarse en un grupo neutral, como deben ser los periodistas. Eso sí, durante el aterrador road trip, podremos reconocer algunos de los vicios que se encuentran actualmente en la sociedad norteamericana, como las facciones de ultraderecha, los brazos armados, racismo, entre otros. Una de las peculiaridades de la película es su impecable aspecto visual. La excelente fotografía de Rob Hardy convierte al film en un verdadero photobook de guerra, repleto de imágenes difíciles de ver. Garland y Hardy utilizan la violencia gráfica para mostrarnos la cara más dura de la guerra, y nos recuerdan que está a la vuelta de la esquina. Otro aspecto sumamente relevante del filme es su sonido envolvente. Al ver la película en IMAX (probablemente la mejor versión del filme) los estruendos de las explosiones y los disparos nos mantendrán aferrados al borde del asiento. El reparto de Civil War está brillante, especialmente el grupo protagonista (incluido el veterano Stephen McKinley), sin embargo, quien se roba una de las escenas más brutales del filme es Jesse Plemons. En solo unos minutos, el actor interpreta a uno de los personajes más terroríficos del último tiempo. Polémica desde su anuncio y con críticas mixtas de la prensa, lo cierto es que Guerra Civil es una obra maestra (y quizás el mejor filme de Garland) que no dejará indiferente a nadie. Destaca por su impresionante puesta en escena, su violencia gráfica y por la fascinante interpretación de su elenco. Además, nos recordará el increíble trabajo de los fotoperiodistas y lo aterrador que es su trabajo algunas veces. ¡No te la pierdas!
La historia de los Von Erich es llevada a la pantalla grande con una intensa narrativa y el dolor que se incrusta en esta trama. Los hermanos Kevin, David, Kerry y Mike darán la pelea en una modalidad que no estima en golpes, liderados por su padre Fritz quien ejerce un rol dominante y que los llevará a vivir los más difíciles momentos, con tal de obtener un triunfo en el cuadrilátero. El elenco de esta película está conformado por talentosos actores como Zac Efron, Jeremy Allen White, Lily James, Maura Tierney y Holt Mc Callany, entre otros. Todos ellos nos invitan a un viaje donde la verdadera lucha será interna, en busca de derrotar a los propios demonios de cada uno de los integrantes de la familia. “Garra de hierro” es una película que mantiene la tensión y que nos relata la fuerza en diferentes formas, mostrando sus desgarradoras consecuencias y lo difícil que es lidiar con la autoridad de un padre que no deja espacio a sentimientos ni emociones. La lucha libre es el punto de encuentro donde estos hermanos irán transitando sus vidas, donde cada coreografiada pelea definirá su futuro y, aunque tengan otros sueños, estos quedarán en el camino. Los más tristes sucesos afectarán a esta familia que dice estar “maldita”, pero que en realidad es víctima de un patriarca que no permite que sus hijos sean lo que ellos realmente quieren. Zac Efron da cuenta de su talento y se pone en la piel de Kevin, quien pareciera estar contento con su destino, pero que poco a poco irá sufriendo el dolor de la pérdida. Efron transmite el dolor, ese que se hace presente como una hoja en otoño, que está siempre ahí y que cuando parece haberse ido, vuelve como lo hacen las tardes frescas de esa temporada. ¿Cuánto podemos resistir en una pelea donde tenemos todas las de perder? Parece ser la pregunta que se nos hace permanentemente en este filme, que entrega esa sensación de que hay luchas que simplemente no podremos ganar. Uno de los mensajes pareciera ser que la fuerza del amor es quizás una de las más grandes, que rompe barreras y que entrega la posibilidad de seguir adelante, solo con saber que ese amor permitirá el reencuentro más allá de la vida, en un futuro incierto pero del que esperamos que nos envuelva, para seguir sintiendo el inconfundible lazo que nos entregan los seres queridos. Una trama que nos rodea con el drama que la vida misma nos entrega y que nos enseña que debemos luchar por lo que nos dice el corazón y no por lo que nos imponen, porque podemos perdernos en el camino y, lo más doloroso, perder a quienes más amamos. Si quieres ver “Garra de Hierro”, se encuentra en las salas de cine del país desde el 18 de abril.
Aunque tuvo una vida efímera, estuvo repleta de pasión e incidentes. La cantante británica Amy Winehouse fue una de las voces más importantes de toda una generación, y su música sigue sonando hasta el día de hoy en miles de estaciones de radio y/o plataformas digitales, por lo que era cuestión de tiempo que su biografía fuese llevada a la pantalla grande. Las responsables de la tarea fueron la directora Sam Taylor-Johnson, quien ya había flirteado con el género en “Nowhere Boy”, sobre la infancia y adolescencia de John Lennon; y la actriz emergente Marisa Abela, a quien vimos recientemente en “Barbie” como la Teen Talk Barbie. ¿El resultado? Un biopic tradicional, sin muchas novedades, que profundiza en los primeros años de Amy Winehouse, su amor por el jazz y la música de los cincuenta y sesenta, los primeros éxitos en Reino Unido, su intensa y turbulenta relación con Blake Fielder-Civil, el importante lazo que tuvo con su abuela paterna, sus mayores logros musicales y la brutal dependencia con el alcohol y las drogas que terminaron por quitarle la vida con tan solo 27 años. Como todo buen filme sobre música, las canciones de la cantante británica son vitales para la narración, especialmente porque las composiciones y letras de Amy Winehouse se trataban precisamente sobre lo que pasaba en su propia vida, lo que ayuda a entender mejor el relato. Además, la banda sonora -a cargo de Nick Cave- está repleta de jazz y canciones de Tony Bennet, The Shangri-Las o The Specials, lo que se agradece. Sin embargo, lo más destacable de esta producción es la notable interpretación de Marisa Abela como Amy Winehouse, quien con su presencia en cámara y una autenticidad endiablada, se roba la pantalla. Seguramente este sea el puntapié que necesitaba la actriz para establecer una carrera en el futuro. Eso sí, la personalidad volátil y compleja de la protagonista, a veces provoca rechazo, por lo que uno no logra empatizar al 100% con el personaje. Otro punto interesante, es la visión que tiene el filme de Blake (interpretado eficazmente por Jack O’Connell), el primer novio y después ex-marido de Amy. Siempre se ha rumoreado que él fue uno de los responsables de su trágico desenlace, en cambio, el filme le hace un pequeño lavado de imagen y lo deja como una persona con errores (como todos), pero que siempre quiso lo mejor para ella. De hecho, la cinta hace ver que Blake en reiteradas ocasiones quiso terminar con la relación, y que fue Amy quien estaba prácticamente obsesionada con él. La película deja en claro que los demonios de Amy eran propios, y más allá de fuentes externas, el resultado -quizás- hubiese sido el mismo. La cinta, además, profundiza en las relaciones que tuvo con su familia, especialmente con su padre y su abuela, quien era su heroína. Su fallecimiento por cáncer fue un punto determinante en la vida de Amy, lo que desencadenaría todo su crisis emocional que vendría después. Entre las debilidades de la película, está la poca exploración de otros aspectos de la vida de Winehouse, por ejemplo. Ella también fue conocida como defensora de los derechos de las mujeres, un área que no se aprecia en la historia. En definitiva, “Back to Black” a pesar de sus imperfecciones, vale la pena de ver para quienes son amantes de la música de Amy Winehouse, y para aquellos interesados conocer más sobre su compleja vida, su relación con el arte y las adicciones. Tiene momentos divertidos, emotivos y difíciles de ver, como toda biografía.
Un cachorro de pastor chino se aparece en el camino de Chen, quien rápidamente se encariña y lo lleva a casa. Aunque en un principio su esposa no está de acuerdo, poco a poco se irá convirtiendo en uno más de la familia. Así parte “Hachiko 2: siempre a tu lado”, versión china de la historia japonesa de la vida real, que habla sobre el amor que puede llegar a surgir entre un hombre y su mascota, y cómo éste lo espera durante 10 años luego de su muerte. Esta historia nos traslada a un lugar donde la amistad toma un nuevo camino, uno que mezcla a humano y a animal, y que demuestra ser indestructible a pesar del tiempo y de la distancia física, que a veces puede llegar a ser tan dolorosa. Da cuenta del amor inconmensurable que podemos forjar con nuestros queridos perritos y que nos enseña que un hecho circunstancial puede cambiar nuestra vida para siempre y de una hermosa manera. Hasta los más 'duros' pueden enternecerse con un amigo fiel como lo es una mascota, que en este caso es la esposa de Chen, quien pareciera tener cero lazo con Batong, pero que termina por caer rendida a sus encantos y al amor que este perro le profesa a su amo. Si bien es una trama para ver con pañuelos, nos deja un mensaje lleno de alegría y esperanza, al mostrarnos cómo una relación perro/amo puede entregar tanta alegría y cambiar la vida de los involucrados. Los dos hijos de la familia también tendrán importantes participaciones, y harán que se generen ciertos vuelcos en la trama. La hija dejando a Batong en un lugar del que solo querrá escapar y el hijo reconciliándose con su padre a través de éste. Un filme que nos enternece de principio a fin y que nos invita a pensar en que cuando somos queridos nos convertimos en eternidad. Si quieres disfrutar de “Hachiko 2: siempre a tu lado”, la puedes ver en salas de cine del país.
La cineasta inglesa Rose Glass hizo su debut cinematográfico en 2019 con Saint Maud, una cinta de horror psicológico que aborda temas como la fe, el sexo y la muerte, que recibió sendos elogios de la crítica, por su brillante dirección, lograda atmósfera y las actuaciones del elenco. En su nuevo filme, “Amor, Mentiras y Sangre”, Glass también coge elementos de horror, pero los inserta en un sórdido y violento neo-noir erótico, ambientado en un inhospito Nuevo México de 1989. La película se desarrolla en un pueblo olvidado por Dios, donde las miradas se entrecruzan y básicamente todos se conocen. En un pequeño gimnasio encontramos a Lou ( Kristen Stewart), la enigmática trabajadora del local que pasa sus días aburrida y solitaria, siendo vista como un bicho raro por el pueblo. Sin embargo, su vida cambiará tras la llegada de Jackie ( Katy O’Brian), una físico culturista cuyo sueño es ganar un concurso en Las Vegas. A primera vista, parecen ser polos opuestos, pero en medio de la tranquilidad del pueblo, surge una chispa entre ellas, lo que comienza una ardiente relación. Ambas se enamoran y comienzan una alocada relación, pero todo se complicará cuando deban enfrentarse al padre de Lou ( Ed Harris), un aterrador traficante de armas que es dueño del pueblo y a quien ella odia con todo su corazón. Así comenzará una espiral de violencia y traición, donde ambas deberán intentar sobrevivir y -al mismo tiempo- mantener su relación intacta. A simple vista, Glass propone una clásica historia noir, incluso ya vista, con elementos típicos del subgénero “lovers on the run” (como “Asesinos por Naturaleza”, “Bonnie and Clyde” y “Thelma y Louise”), y la completa con una ambientación ochentera, en un pueblo repleto de rednecks, los villanos de turno, la policía corrupta, escenas de sexo y brutales momentos de violencia gráfica. Además, le agrega momentos oníricos, abuso de esteroides y un fascinante soundtrack, como si de un filme Lynchiano se tratase. Y la verdad es que el resultado final funciona, principalmente por su pareja protagonista, y por supuesto, por el impecable trabajo de Ed Harris, que recuerda mucho a su personaje de “Una Historia de Violencia”. Kristen Stewart está muy bien, su evolución como actriz ha sido impresionante a lo largo de los años, no obstante, quien se roba la película por su presencia es O’Brian, que deslumbra con un cuerpo vigoroso y perfectamente trabajado para el filme. Las escenas en el concurso de Las Vegas son algunas de las mejores, pero podría haberse aprovechado mejor. Por otro lado, a pesar de ser una historia que tiene como base un romance homosexual, la película no pretende meter discursos sobre el tema, ni pretende forzar al espectador con un panfleto. Se trata de un mensaje feminista muy bien logrado. Por supuesto, “Amor, Mentiras y Sangre” no está exenta de fallos, especialmente en su tramo final, que se diluye especialmente con una escena en particular, donde Glass decidió tomar un tono mucho más “onírico”, pero que realmente saca al espectador del mood que había generado hasta el momento, y lo vuelve hasta ridículo. Eso sí, se trata de una gran película, un genial entrada para el género neo-noir y, sin duda, una nueva cinta de culto, que posiblemente será mejor valorada con los años. Ya está disponible en salas de cine nacionales.
El británico Alex Garland comenzó su carrera siendo el guionista de “La Playa”, “Exterminio” y “Sunshine”, todas películas dirigidas por Danny Boyle. El salto a la silla de dirección lo tuvo en 2014 con la impresionante cinta de ciencia ficción “Ex Machina”, que sorpresivamente ese año se llevó el Oscar a Mejor Efectos Especiales, superando a “Mad Max: Fury Road”. Tras “Aniquilación” (2018) y el infravalorado thriller psicológico “Men” (2022), el cineasta se unió nuevamente con el estudio A24 para crear “Guerra Civil” (Civil War, 2024) su proyecto más ambicioso hasta la fecha, que sume a Estados Unidos en un brutal conflicto armado, y nos sumerge en un viaje de violencia, locura y destrucción. Ambientada en (¿un futuro cercano?), esta ultraviolenta e hiperrealista película nos pone en los zapatos de tres intrépidos fotoperiodistas, interpretados por Kirsten Dunst, Wagner Moura y Cailee Spaeny, quienes se adentrarán en un arriesgado viaje a través de un país devastado por una explosiva guerra civil. Enfrentándose a peligros inimaginables, el grupo recorrerá miles de kilómetros en búsqueda de su objetivo: documentar la toma de posesión del gobierno y la inevitable muerte del presidente. A pesar de la atractiva premisa del filme, lo cierto es que Garland no profundiza demasiado en el conflicto armado, ni da muchos detalles de lo que pasó en el país para terminar en una debacle social. La cinta se trata más de un viaje por un infierno hecho por el mismo hombre, en el que los protagonistas deben llegar del punto A al B, y durante el trayecto van conociendo distintos personajes, algunos buenos y otros demasiado malos. Podría haber sido cualquier guerra, en cualquier país, porque Garland se preocupa más de sus personajes, su evolución y sus relaciones. Y considerando la situación sociopolítica que vive actualmente Estados Unidos, Garland toma la sabia decisión de no tomar ningún bando y centrarse en un grupo neutral, como deben ser los periodistas. Eso sí, durante el aterrador road trip, podremos reconocer algunos de los vicios que se encuentran actualmente en la sociedad norteamericana, como las facciones de ultraderecha, los brazos armados, racismo, entre otros. Una de las peculiaridades de la película es su impecable aspecto visual. La excelente fotografía de Rob Hardy convierte al film en un verdadero photobook de guerra, repleto de imágenes difíciles de ver. Garland y Hardy utilizan la violencia gráfica para mostrarnos la cara más dura de la guerra, y nos recuerdan que está a la vuelta de la esquina. Otro aspecto sumamente relevante del filme es su sonido envolvente. Al ver la película en IMAX (probablemente la mejor versión del filme) los estruendos de las explosiones y los disparos nos mantendrán aferrados al borde del asiento. El reparto de Civil War está brillante, especialmente el grupo protagonista (incluido el veterano Stephen McKinley), sin embargo, quien se roba una de las escenas más brutales del filme es Jesse Plemons. En solo unos minutos, el actor interpreta a uno de los personajes más terroríficos del último tiempo. Polémica desde su anuncio y con críticas mixtas de la prensa, lo cierto es que Guerra Civil es una obra maestra (y quizás el mejor filme de Garland) que no dejará indiferente a nadie. Destaca por su impresionante puesta en escena, su violencia gráfica y por la fascinante interpretación de su elenco. Además, nos recordará el increíble trabajo de los fotoperiodistas y lo aterrador que es su trabajo algunas veces. ¡No te la pierdas!
La historia de los Von Erich es llevada a la pantalla grande con una intensa narrativa y el dolor que se incrusta en esta trama. Los hermanos Kevin, David, Kerry y Mike darán la pelea en una modalidad que no estima en golpes, liderados por su padre Fritz quien ejerce un rol dominante y que los llevará a vivir los más difíciles momentos, con tal de obtener un triunfo en el cuadrilátero. El elenco de esta película está conformado por talentosos actores como Zac Efron, Jeremy Allen White, Lily James, Maura Tierney y Holt Mc Callany, entre otros. Todos ellos nos invitan a un viaje donde la verdadera lucha será interna, en busca de derrotar a los propios demonios de cada uno de los integrantes de la familia. “Garra de hierro” es una película que mantiene la tensión y que nos relata la fuerza en diferentes formas, mostrando sus desgarradoras consecuencias y lo difícil que es lidiar con la autoridad de un padre que no deja espacio a sentimientos ni emociones. La lucha libre es el punto de encuentro donde estos hermanos irán transitando sus vidas, donde cada coreografiada pelea definirá su futuro y, aunque tengan otros sueños, estos quedarán en el camino. Los más tristes sucesos afectarán a esta familia que dice estar “maldita”, pero que en realidad es víctima de un patriarca que no permite que sus hijos sean lo que ellos realmente quieren. Zac Efron da cuenta de su talento y se pone en la piel de Kevin, quien pareciera estar contento con su destino, pero que poco a poco irá sufriendo el dolor de la pérdida. Efron transmite el dolor, ese que se hace presente como una hoja en otoño, que está siempre ahí y que cuando parece haberse ido, vuelve como lo hacen las tardes frescas de esa temporada. ¿Cuánto podemos resistir en una pelea donde tenemos todas las de perder? Parece ser la pregunta que se nos hace permanentemente en este filme, que entrega esa sensación de que hay luchas que simplemente no podremos ganar. Uno de los mensajes pareciera ser que la fuerza del amor es quizás una de las más grandes, que rompe barreras y que entrega la posibilidad de seguir adelante, solo con saber que ese amor permitirá el reencuentro más allá de la vida, en un futuro incierto pero del que esperamos que nos envuelva, para seguir sintiendo el inconfundible lazo que nos entregan los seres queridos. Una trama que nos rodea con el drama que la vida misma nos entrega y que nos enseña que debemos luchar por lo que nos dice el corazón y no por lo que nos imponen, porque podemos perdernos en el camino y, lo más doloroso, perder a quienes más amamos. Si quieres ver “Garra de Hierro”, se encuentra en las salas de cine del país desde el 18 de abril.
Aunque tuvo una vida efímera, estuvo repleta de pasión e incidentes. La cantante británica Amy Winehouse fue una de las voces más importantes de toda una generación, y su música sigue sonando hasta el día de hoy en miles de estaciones de radio y/o plataformas digitales, por lo que era cuestión de tiempo que su biografía fuese llevada a la pantalla grande. Las responsables de la tarea fueron la directora Sam Taylor-Johnson, quien ya había flirteado con el género en “Nowhere Boy”, sobre la infancia y adolescencia de John Lennon; y la actriz emergente Marisa Abela, a quien vimos recientemente en “Barbie” como la Teen Talk Barbie. ¿El resultado? Un biopic tradicional, sin muchas novedades, que profundiza en los primeros años de Amy Winehouse, su amor por el jazz y la música de los cincuenta y sesenta, los primeros éxitos en Reino Unido, su intensa y turbulenta relación con Blake Fielder-Civil, el importante lazo que tuvo con su abuela paterna, sus mayores logros musicales y la brutal dependencia con el alcohol y las drogas que terminaron por quitarle la vida con tan solo 27 años. Como todo buen filme sobre música, las canciones de la cantante británica son vitales para la narración, especialmente porque las composiciones y letras de Amy Winehouse se trataban precisamente sobre lo que pasaba en su propia vida, lo que ayuda a entender mejor el relato. Además, la banda sonora -a cargo de Nick Cave- está repleta de jazz y canciones de Tony Bennet, The Shangri-Las o The Specials, lo que se agradece. Sin embargo, lo más destacable de esta producción es la notable interpretación de Marisa Abela como Amy Winehouse, quien con su presencia en cámara y una autenticidad endiablada, se roba la pantalla. Seguramente este sea el puntapié que necesitaba la actriz para establecer una carrera en el futuro. Eso sí, la personalidad volátil y compleja de la protagonista, a veces provoca rechazo, por lo que uno no logra empatizar al 100% con el personaje. Otro punto interesante, es la visión que tiene el filme de Blake (interpretado eficazmente por Jack O’Connell), el primer novio y después ex-marido de Amy. Siempre se ha rumoreado que él fue uno de los responsables de su trágico desenlace, en cambio, el filme le hace un pequeño lavado de imagen y lo deja como una persona con errores (como todos), pero que siempre quiso lo mejor para ella. De hecho, la cinta hace ver que Blake en reiteradas ocasiones quiso terminar con la relación, y que fue Amy quien estaba prácticamente obsesionada con él. La película deja en claro que los demonios de Amy eran propios, y más allá de fuentes externas, el resultado -quizás- hubiese sido el mismo. La cinta, además, profundiza en las relaciones que tuvo con su familia, especialmente con su padre y su abuela, quien era su heroína. Su fallecimiento por cáncer fue un punto determinante en la vida de Amy, lo que desencadenaría todo su crisis emocional que vendría después. Entre las debilidades de la película, está la poca exploración de otros aspectos de la vida de Winehouse, por ejemplo. Ella también fue conocida como defensora de los derechos de las mujeres, un área que no se aprecia en la historia. En definitiva, “Back to Black” a pesar de sus imperfecciones, vale la pena de ver para quienes son amantes de la música de Amy Winehouse, y para aquellos interesados conocer más sobre su compleja vida, su relación con el arte y las adicciones. Tiene momentos divertidos, emotivos y difíciles de ver, como toda biografía.